Luis Miguel González Gago, consejero de la Presidencia de la Junta, apuntó este viernes que el tejido empresarial es un “actor necesario” en la cooperación para el desarrollo, que debe ser “una fuente de innovación, recursos humanos y técnicos y, por qué no decirlo, también de recursos económicos, y además representa un papel fundamental en el desarrollo económico y social y de creación de empleo en los países en vías de desarrollo”, en el desayuno-coloquio Castilla y León, implicación de las empresas en la cooperación al desarrollo internacional organizado en Valladolid por Castilla y León Económica.
En su intervención, destacó la creación de una nueva línea de ayudas, “concebida como proyecto piloto en este año 2024, y que convocaremos de forma inmediata en el Boletín Oficial de Castilla y León, en el que queremos que el sector empresarial tenga protagonismo en los proyectos de cooperación que quieran realizar y en la coordinación con las ONGD con las que quiera ejecutarlos”.
Al respecto, indicó que todas las iniciativas subvencionadas recibirán un reconocimiento expreso por parte de la Consejería en la resolución de las subvenciones, y “las empresas solicitantes, siempre que hayan contribuido económicamente a la cofinanciación de una actuación de este tipo, podrán incorporarse en el sello, marca o marchamo distintivo que vamos a poner en marcha de Castilla y León Solidaria“.
Al hilo de esta afirmación, explicó los importantes beneficios fiscales que se pueden obtener con esta participación. “Al estar las ONGD incluidas en el ámbito subjetivo de aplicación de la Ley 49/2002, de régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo, los donantes pueden disfrutar de beneficios fiscales, ya que las donaciones realizadas a entidades sin ánimo de lucro son deducibles en el Impuesto de Sociedades. Genera el derecho a una deducción, que vendrá dada por el importe de los donativos o donaciones dinerarias efectuadas, siendo el importe deducible para sociedades mercantiles del 40%, siempre que dicha cuantía no exceda del 15% de la base imponible del período. Las cantidades que excedan se podrán aplicar en los períodos impositivos que concluyan en los 10 años inmediatos y sucesivos”, dijo.
Convenio de colaboración
Precisamente González Gago aseveró que existe la posibilidad de suscribir convenios de colaboración empresarial en actividades de interés general, esto es “aquel por el cual las ONGD, entidades beneficiarias del mecenazgo, a cambio de una ayuda económica dineraria para la realización de las actividades que efectúen en cumplimiento de su finalidad específica, se comprometen por escrito a difundir, por cualquier medio, la participación de la empresa colaboradora en dichas actividades, teniendo en cuenta que ésta no tiene naturaleza ni constituye una prestación de servicios”.
A su juicio, la cooperación al desarrollo puede ser de gran interés para el tejido empresarial. “Estamos hablando de solicitar, conjuntamente con una ONGD, lo que se conoce técnicamente como una propuesta de microacción de desarrollo, que en todo caso no podrá superar los 50.000 euros de presupuesto, por lo que, siendo la subvención a conceder por la Junta del 90%, la participación empresarial tendría que ser de un 10% como mucho, dependiendo del proyecto planteado, es decir, una aportación máxima de 5000 euros”, señaló.
Iniciativas empresariales
La mesa redonda Empresas con iniciativas en la cooperación al desarrollo contó con la participación de Sergio Sanz Hernando, subdirector general de la Fundación Cartif; Alberto Guijarro, CEO de Granalu y Terrabuey; Estrella Ortego, CEO del Grupo Ratpanat; Andrés Rodríguez Amayuelas, presidente de la Coordinadora de ONGD de Castilla y León (COODECYL); e Irene Muñoz, directora general de Relaciones Institucionales de la Junta.
El subdirector general de la Fundación Cartif hizo hincapié en que trabajan en distintos proyectos en este campo financiados por la UE. En esta línea puso el foco en una iniciativa en consorcio con otras entidades, que cuenta con un presupuesto de 7 millones de euros centrado en la agroeconomía en países de África, como Cabo Verde, Gambia o Senegal.
“Tenemos apoyo de la Universidad de Valladolid y Sevilla, también de entidades portuguesas y de colectivos sociales y administraciones públicas, lo que nos ha permitido especificar las necesidades que tienen y cómo ver cómo podemos volcar nuestro conocimiento en él”, detalló. No en vano, aseguró que organizaciones como la suya necesitan recursos para este tipo de actuaciones.
Por su parte, el CEO de Granalu y Terrabuey precisó que el grupo es empresa amiga de Unicef. “Uno de los proyectos en los que trabajamos, y al que damos continuidad año a año, es el que impulsamos junto a esta entidad y que nos permite formar parte de una iniciativa más grande que nosotros”, apuntó. En concreto, consiste en aportar escuelas para promover la educación en países de África como Mozambique, “que es la parte más básica para el desarrollo de cualquier comunidad, lo que nos hace fuertes como sociedad. Estamos muy contentos”.
Guijarro manifestó también que estas actuaciones aportan, “y mucho, pues en las empresas no creamos proyectos de trabajo, sino proyectos de vida. Si tú aportas algo más que los demás das un motivo más para permanecer en la empresa y que el talento realmente quiera quedarse”.
Ortego abundó en que la RSC “está dentro de nuestra actividad, pues orgánicamente somos sostenibles. Nuestros alojamientos lo son, nos apoyamos en empleo local”. En su opinión, “es un deber” llevar a cabo actuaciones en este sentido. En este contexto, explicó el acuerdo con la Fundación Recover, Hospitales para África, ONG especializada en gestión y desarrollo sanitario sostenible en ese continente, para facilitar el acceso a una salud de calidad para todas las personas basado en un modelo sanitario sostenible.
El objetivo prioritario de esta alianza es contribuir a que la empresa vallisoletana genere un impacto positivo en las comunidades locales de las áreas donde se ubican sus establecimientos turísticos de referencia. “En la actualidad estamos apoyando al Hospital de Endulen para comenzar a realizar lo antes posible alguna campaña pediátrica o de cirugías menores con personal médico especializado que forma parte de nuestra red de voluntarios”, indicó.
Por su parte, el presidente de COODECYL manifestó que su coordinadora está integrada por 73 organizaciones con “tamaño y perfiles muy diversos”. En su intervención señaló que muchos de los proyectos que impulsan las distintas entidades de este tipo de Castilla y León están enfocados al derecho al agua potable y al abastecimiento básico.
Dio más detalles sobre una actuación que se está llevando a cabo en El Salvador relacionada con la agricultura ecológica y la construcción de distintas infraestructuras “como casas mallas en las que se facilita el cultivo interior y el aislamiento de las distintas plagas que azotan a las plantaciones”. Ademas, indicó que se están potenciando acciones en África más vinculados con la educación y la formación profesional.
Compromiso con la cooperación
Por su parte, la directora general de Relaciones Institucionales subrayó que la Junta lleva 30 años implementando políticas de cooperación. “Intentamos adaptarnos a las nuevas realidades. Ni en los peores años de la crisis se ha dejado de apostar por estar en los países que más lo necesitan. El presupuesto es de 6 millones de euros. Actualmente disponemos de 240 cooperantes profesionales, lo que significa el 10% de toda España”, destacó.
En este sentido, recordó que la manera de entender la participación de las empresas en la cooperación “está mal enfocada. Tenemos que trabajar en áreas de formación en donde se pueda contar cómo mejorar los proyectos y que cada uno pueda aportar cada su experiencia. Son iniciativas muy complejas donde la Administración sola no puede llegar y a veces se requieren actuaciones muy rápidas”.
En el evento, Alberto Cagigas, director de Castilla y León Económica, manifestó que esta jornada “me hace especial ilusión porque vamos a ver varios ejemplos de nuestras empresas en la cooperación al desarrollo internacional. Esa acción social tiene un doble mérito porque os recuerdo que desde el año 2007 las compañías vivimos en una permanente crisis, una dilatada coyuntura que los expertos ya denominan como permacrisis o policrisis. Pero pese a estas dificultades, hay organizaciones que todavía son capaces de mostrar su solidaridad con los más débiles”.
Castilla y León Económica