Hablar de Godofredo García Gómez en Salamanca no es simplemente hacer referencia a un empresario más; es evocar a una figura icónica, un hombre cuya huella trasciende lo meramente empresarial. Nacido en 1943 en la pequeña localidad de Alaraz (Salamanca), Godofredo ha construido una carrera que es el reflejo más puro de la perseverancia, la dedicación y el triunfo. Criado en el seno de una familia numerosa de agricultores, aprendió desde su juventud que el esfuerzo no era sólo una herramienta, sino un principio de vida. Ese aprendizaje le ha acompañado a lo largo de su trayectoria, tanto personal como profesional.
El nacimiento del Grupo Limcasa en 1984 fue un modesto pero decidido paso hacia el futuro. Con un solo trabajador, Godofredo dio forma a lo que entonces era una pequeña empresa de limpieza en Salamanca. Nadie podría haber imaginado que ese humilde inicio se convertiría en el germen de una compañía que hoy emplea a más de 1.600 personas y factura más de 30 millones de euros al año. Lo que comenzó como una empresa local dedicada exclusivamente a la limpieza, evolucionó a lo largo de las décadas hasta convertirse en un grupo empresarial diversificado y consolidado en múltiples sectores.
Legado familiar
A lo largo de su carrera, Godofredo no sólo ha liderado con éxito cada una de sus empresas, sino que ha garantizado que su legado familiar siga creciendo y manteniéndose firme, siempre con el incondicional apoyo de su mujer, María Teresa, quien ha sido su compañera en cada paso del camino. Ahora, con 80 años, sigue siendo el alma de la organización, el pilar que sostiene y guía cada uno de los pasos del grupo. Sus hijos, quienes ya ocupan puestos como directores generales, han seguido el camino marcado por su padre y consolidado la presencia de cada empresa. Por un lado, Grupo Limcasa, especializada en limpieza y mantenimiento, además de otras actividades como lavandería, jardinería, asistencia, hostelería o formación, entre otros sectores. Y por otro lado, una empresa de construcciones, reformas y fontanería; y la Policlínica Limcasalud, especializada en la unidad del daño neurológico y funcional, entre otras especialidades.
Pero si algo distingue a Godofredo no es sólo su capacidad para los negocios, sino su humanidad y profundo sentido de responsabilidad social. A través del Centro Especial de Empleo Integracyl y la empresa de inserción laboral Insertacyl, brinda oportunidades laborales a personas con discapacidad y en riesgo de exclusión social. Su compromiso con los más vulnerables también se refleja en la constitución de la Fundación Limcasa, una plataforma desde la cual sigue desarrollando proyectos sociales que mejoran la vida de quienes más lo necesitan.
Su dedicación a la comunidad no termina ahí. En 1998 puso en marcha el Banco de Alimentos de Salamanca, el cual preside desde su inicio. Una labor que, según él mismo confiesa, es una de las más gratificantes de su vida. En este papel, ha liderado incansablemente campañas y proyectos para garantizar que los más desfavorecidos no se queden sin un plato en la mesa.
Reconocimientos
A lo largo de su carrera, ha recibido diversos reconocimientos que avalan su trayectoria excepcional. Entre ellos destacan la Medalla de Oro de la Cámara de Comercio de Salamanca (2006), el Cecale de Oro de los empresarios salmantinos (2008) y el Premio Hermes del Imserso de Salamanca (2009) por su apoyo a la integración de personas con discapacidad. Su compromiso social fue nuevamente reconocido en 2015 con el Premio Incorpora de Fundación La Caixa, por su impulso a la inclusión laboral. En 2021, fue galardonado con el Premio Carbajosa Empresarial y en 2022 recibió el Premio Fauba, como un homenaje a su vida dedicada al progreso empresarial y social de Salamanca.
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