Juan García-Gallardo, vicepresidente de la Junta de Castilla y León; Mariano Veganzones, consejero de Industria, Comercio y Empleo; y Montserrat Luis, directora de Coordinación e Interacción Social, visitaron este lunes la fábrica La Bureba de Campofrío, en Burgos, el centro de producción más moderno de la compañía en Europa.
Javier Dueñas, CEO de Campofrío España; Eduardo Miguel, director de Recursos Humanos y Relaciones Institucionales; Luis Pérez Montero, director Industrial: y Jesús Sanz, director de La Bureba, acompañaron a los representantes de la Administración regional durante su recorrido por este centro de referencia en el sector dotado con las últimas tecnologías en automatización e Industria 4.0.
55 millones de kilos de producción
Inaugurada en 2016, en la fábrica se producen alrededor de 55 millones de kilos de producto elaborado al año, principalmente cárnicos de porcino y, en menor medida, pollo y pavo, que se distribuyen a más de 33.000 clientes en toda Europa.
La Bureba cuenta con una plantilla de cerca de 750 profesionales que desempeñan su labor en el área de Producción, así como en los departamentos centrales de Calidad, I+D, Planificación y Logística, y Laboratorio, dando soporte al grupo en Europa.
Innovación y calidad
En su intervención, García-Gallardo aseguró que “gracias a su apuesta por la innovación y la calidad”, Campofrío es hoy “uno de los grandes líderes de la industria agroalimentaria a nivel nacional y una empresa en constante crecimiento”.
En este sentido, el vicepresidente señaló que desde la Junta de Castilla y León “trabajamos para que las empresas ya instaladas en nuestra tierra crezcan en tamaño y capacidad de producción, para así ir mejorando nuestros niveles de prosperidad”, y defendió que esto sólo se consigue “facilitando la competitividad de nuestras empresas, con seguridad jurídica, simplificación administrativa, buenas infraestructuras y unas políticas fiscales y energéticas adecuadas”.
Reclamaciones al Gobierno central
Además, el vicepresidente de la Junta pidió al Gobierno central que “no frene el crecimiento de las empresas castellanas y leonesas con una política fiscal asfixiante” y afeó su “política energética suicida” y “discriminatoria con Castilla y León” en materia de inversiones públicas e infraestructuras, como es el caso del tren directo Madrid-Aranda de Duero-Burgos.
El vicepresidente aprovechó la ocasión para insistir en “la necesidad de volver a apostar por la energía nuclear” de cara a la obtención de energía eléctrica “segura, abundante, barata y limpia”. Asimismo, se mostró favorable a acabar con gravámenes como el “impuesto al plástico”, que según aseguró “suma un nuevo coste fijo a la industria agroalimentaria, entre otras, elevando el precio que acaban pagando los ya maltrechos bolsillos de los consumidores en la cesta de la compra”.
“Pedimos al Gobierno central que se una a la senda del sentido común y que abandone sus experimentos ideológicos, que están perjudicando tanto la economía empresarial y doméstica”, defendió.
Por último, el vicepresidente de la Junta denunció que “no se puede pretender frenar la despoblación de la España interior mientras se la discrimina en beneficio de los territorios gobernados por partidos separatistas”, y sostuvo que “hoy, más que nunca, es necesario que cuidemos a nuestra industria para mejorar nuestro bienestar económico y social”.
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