Ofrecer un vino de gama alta a precios ajustados parece a todas luces una acertada estrategia de negocio. Y si además el tinto en cuestión es calificado por el más afamado crítico del mundo como el mejor vino de la historia por debajo de 20 dólares, como así hizo Robert Parker hace 2 años, el éxito está asegurado. Ésta es, a grandes rasgos, la historia de Pruno, el tinto que ha dado fama a Finca Villacreces y que lo elabora desde la añada 2008 en su bodega de Ribera del Duero, ubicada en la Milla de Oro de esta Denominación de Origen.
Merced a esa puntuación, refrendada también por la crítica en el ámbito nacional, Pruno, que tiene una crianza de 12 meses en barricas nuevas de roble francés, es un fenómeno de ventas que obliga a la bodega a distribuirlo con un sistema de cupos entre sus clientes nacionales e internacionales. El éxito no es casual “ni flor de un día. Detrás de este vino hay un modelo de comercialización muy estudiado que pusimos en marcha en el año 2009”, explica Gonzalo Antón, gerente de Finca Villacreces.
Las primeras botellas de Pruno se comercializaron en 2010. “La idea era diferenciarse, elaborar un vino con personalidad propia, que no hiciera referencia ni a su crianza ni a su categoría. Con él creamos una nueva línea que irrumpió con fuerza en Ribera del Duero”, asegura Antón.
Como rememora el gerente de la compañía vitivinícola, Pruno comenzó a comercializarse con muy buena acogida, pero la puntuación de Parker provocó que la demanda se quintuplicara. Sin embargo, ante tal avalancha de pedidos, en Villacreces se mantuvieron fieles al plan trazado. “Queríamos hacer un gran vino, pero que fuera apto para la mayoría de los bolsillos. Si queremos democratizar nuestros grandes vinos, tenemos que mantener el precio, incluso cuando la demanda supera la oferta”, precisa. En su añada de 2012 se han comercializado 275.000 botellas a un precio de 10,8 euros.
Producción estable
La reciente trayectoria de este tinto ribereño sigue jalonada por los éxitos. Este año Parker ha calificado con 93 puntos a Pruno 2012 y lo ha vuelto a incluir en su lista de Exceptional Best Buys, lo que le sitúa como uno de los mejores vinos del mundo en relación calidad-precio; y lo llega a definir como “un pequeño Vega Sicilia”. No obstante, el precio y la producción se han mantenido estables. “El reparto por cupos se realiza porque queremos que este vino sea accesible y fácil de encontrar, no de coleccionista”, subraya Antón.
Villacreces no sólo es Pruno, aunque gracias a él ha conseguido acercar a la mayor parte de los consumidores los exclusivos vinos de su finca. El emblema de la bodega es un tinto denominado Finca Villacreces, “un Pruno en su edad adulta, más elegante y reposado”, matiza el ejecutivo. Asimismo, también elaboran Nebro, una pequeña producción de un vino procedente de cepas de 90 años, con muy bajos rendimientos.
Enoturismo
La bodega también dedica un importante capítulo al enoturismo. “Queremos que la gente venga a conocer nuestro proyecto. Las visitas son para grupos reducidos, donde se les trata de forma personalizada y exclusiva pero a un precio razonable, La Prunomanía nos ha enseñado el camino de democratizar ciertos lujos”, afirma Antón. Finca Villacreces es propiedad del Grupo Artevino, que también cuenta con Bodegas Izadi y Orben (La Rioja), y Vetus (Toro).
