Feacem Castilla y León es una agrupación integrada por 41 centros especiales de empleo que proporcionan trabajo “estable y de calidad” en Castilla y León a más de 1.900 personas con discapacidad, de los cuales más de 1.400 son personas con discapacidad con especiales dificultades.
Para Pablo Sánchez Pérez, presidente de Feacem Castilla y León, el papel que juegan los centros especiales de empleo de iniciativa social en la inserción laboral de personas con discapacidad “es fundamental. Son, en muchos casos, la única opción de entrar en el mercado de trabajo. Las personas con discapacidad con mayores dificultades de inserción como las que tienen discapacidad intelectual o enfermedad mental no suelen ser contratadas en la empresa ordinaria, por lo que encuentran en estas empresas la manera de iniciar un proyecto de vida, un salario y una normalización social”.
Sánchez Pérez detalla que los centros especiales de empleo de iniciativa social no han sido ajenos a la crisis provocada por el Covid-19, “teniéndose que aplicar ERTES en el 65% de nuestras empresas. Feacem Castilla y León lo forman empresas de muy variada actividad, por lo que el impacto ha sido irregular pero intenso”.
Mayor impacto en el empleo
Las personas con discapacidad, como no puede ser de otra manera, han sufrido ERTES y despidos. “Entra en el proceso de normalización. Pero por lo general las personas con discapacidad han sufrido más el impacto ya que trabajan principalmente en actividades de servicios que se vieron paralizados al declararse el Estado de Alarma”, subraya el ejecutivo.
Respecto a las medidas que podrían implantarse como alternativas para paliar esta situación, desde Feacem Castilla y León consideran que deberían ser principalmente de 2 tipos: “ayudas para el mantenimiento de puestos de trabajo y ayudas a la formación para el empleo. Es necesario que no se destruyan empresas y más si detrás de éstas hay personas con especiales dificultades de inserción laboral. Y en segundo lugar formación vinculada a la recualificación profesional de las personas con discapacidad, principalmente en nuevos yacimientos de empleo como son digitalización o empleo verde”.
Ajuste de plantilla
Los Centros Especiales de Empleo de Iniciativa Social en Castilla y León están “afortunadamente reactivando su actividad y creando empleo, siempre siendo prudentes. 2020 fue un año de no creación de empleo, de mantenimiento, de aguantar. Hemos sido capaces de reestructurarnos y no destruir empleo estable, ajustando plantillas. Tenemos el firme convencimiento de que desde este mismo verano el empleo empezará a crecer, las empresas volverán a contar con nosotros y poniendo en valor el trabajo que las personas con discapacidad desarrollan”, subraya el presidente de Feacem Castilla y León.
En esta agrupación se han creado 3 grupos de trabajo que deben servir de soporte técnico para avanzar en la creación de empleo en los próximos años. Uno de ellos es el de la Contratación Pública, donde la Ley de Contratos del Sector Público pone en valor a los Centros Especiales de Empleo de Iniciativa Social y su peso como empresas destinatarias de licitación pública reservada. “Generamos valor, empleo, actividad y la Administración viene a poner de manifiesto su compromiso con este tipo de empresas de Economía Social”, sostiene Sánchez Pérez, quien añade: “La licitación pública es un reto y a la vez una oportunidad que no debemos desaprovechar”.
Fondos del Plan de Recuperación
Por otro lado, Feacem Castilla y León trabaja para que los Fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia lleguen a la Economía Social. “Hemos instado a la Junta para la creación de una mesa específica de trabajo en este sentido y hemos avanzado a la Dirección General de Economía Social 54 proyectos financiables con un presupuesto superior a los 14 millones. Podemos afirmar que estamos en la línea de salida para la recuperación efectiva y la generación de empleo de personas con discapacidad”.
La creación de empleo de personas con discapacidad en las empresas sigue siendo, a juicio del presidente de Feacem Castilla y León, la “asignatura pendiente y la crisis del Covid-19 no ha venido sino a ralentizar el proceso. Las empresas siguen teniendo recelos a la contratación de personas con discapacidad, a pesar de que el sector dispone de herramientas suficientes para garantizar los apoyos necesarios y el análisis de puestos de trabajo para la adaptación de los mismos. Los enclaves laborales son una primera opción eficiente y exitosa o el empleo con apoyo y los programas de itinerarios personalizados de inserción sociolaboral”.
Más información en el número de agosto de la revista Castilla y León Económica