El cluster de automoción y movilidad de Castilla y León, Facyl, ha analizado este viernes en Valladolid el impacto de la reglamentación europea de emisiones en vehículos pesados. Ha sido en el marco de la primera sesión de 2024 del Think Tank Retos de Futuro de la Automoción de Castilla y León, iniciativa promovida desde Polo de la Automoción, la marca sectorial desarrollada por Facyl y la Junta de Castilla y León para el impulso del sector en la comunidad autónoma.
Félix Cano, presidente de Facyl, ha sido el encargado de inaugurar esta jornada y ha transmitido durante su intervención que el sector “está comprometido de manera firme y rotunda con el proceso de descarbonización de la industria que se está llevando a cabo desde la Unión Europea”, pero, al mismo tiempo, ha señalado que este proceso “se ha de realizar de manera realista y, sobre todo, ha de ser fruto del consenso de las empresas con las instituciones. La realidad cotidiana nos demuestra que, aunque la tecnología se encuentra en un proceso muy avanzado de desarrollo, la implementación de esta no va a la misma velocidad. Necesitamos medidas de apoyo concretas para mantener la competitividad del sector”.
Automoción más competitiva
Carlos Martín Tobalina, viceconsejero de Economía y Competitividad de la Junta de Castilla y León, ha reseñado que es “un buen momento para que reflexionemos todos para hacer nuestra automoción mucho más competitiva. Europa debe ser capaz de plantear ayudas directas a la inversión para los fabricantes en las nuevas capacidades que nos permitan mantener la capacidad industrial y el empleo, que es fundamental en Castilla y León”.
La jornada del Think Tank, bajo el formato Expertos que inspiran, prosiguió con las intervenciones de Susana Solis Pérez, eurodiputada del grupo RENEW en el Parlamento Europeo, y Álvaro Arroyo, director de Relaciones Institucionales de Iveco España.
“Perjudicial para intereses españoles”
Solís ha señalado: “nos preocupa mucho el nuevo reglamento de camiones que está sobre la mesa de negociación europea. Sus objetivos son demasiado ambiciosos para 2030 y, además, es perjudicial para los intereses españoles. Si en vehículos ligeros vamos lentos, en pesados no hemos ni empezado a desarrollar la infraestructura de recarga necesaria y el coste de los camiones es todavía muy alto para ser una opción interesante para los transportistas. Es necesario defender la neutralidad tecnológica y el rol de los combustibles neutros en el transporte pesado de larga distancia, de lo contrario, arriesgamos nuestras vitales exportaciones terrestres y ponemos en jaque nuestra competitividad y economía”.
Por su parte, el director de Relaciones Institucionales de Iveco ha enfatizado que los objetivos de reducción de emisiones de CO2 marcados por la Comisión Europea para el vehículo industrial “son muy ambiciosos respecto a la realidad. Más allá de las grandes inversiones que realizamos los fabricantes, sería necesario que se ejecutara la revisión de objetivos en 2027 y que se introdujera el factor de corrección de carbono (CCF) para permitir la contribución de los Combustibles Neutros en CO2”. Además, Arroyo ha añadido que para que los profesionales del sector apuesten por este tipo de vehículos, “además de darse las condiciones habilitantes, principalmente, el desarrollo de infraestructura de recarga y repostaje, la nueva tecnología debe cumplir con las mismas prestaciones que la convencional y su coste debe ser competitivo. Tampoco debemos olvidar, un plan de ayudas a la compra, así como una fiscalidad beneficiosa para el transportista”.
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