Nadie a estas alturas desconoce el lío que se ha formado debido a la fuga de datos de 87 millones de usuarios de Facebook y su supuesto impacto en las victorias del Brexit y de Trump.
Precisamente el Ministro Nadal nos pidió opinión sobre ello en nuestra pasada reunión, a principios de abril, quizás entonces demasiado pronto para hacer análisis y elaborar hipótesis.
Pero el momento actual, con la crisis ya madura y Zuckerberg dando profusas explicaciones en el senado de EE UU, es el idóneo para profundizar. Hagamos entonces un ejercicio de predicción desgranando los 5 escenarios futuros más posibles, invitando al lector a opinar sobre cual de las opciones es más previsible a corto plazo:
1. Que se cierre Facebook
Supongamos que un juez federal ordena el cierre cautelar de Facebook, limitado a sus actividades en los EE UU. En ese caso, el señor Zuckerberg estará francamente preocupado porque perderá 240 millones de usuarios, de un total de… 2.200 millones. Algo más de un 10%.
Su preocupación duraría pocos minutos, los mismos que tardarían en poner en marcha de nuevo la plataforma en cualquiera de los 22 países en los que opera Facebook, con alguna de las más de 100 empresas diferentes que forman su corporación.
2. Que los usuarios se vayan
Facebook mima con esmero a los usuarios y a sus anunciantes, los 2 principales stakeholders muy por encima del resto. Con lo cual esta situación sería la peor de todas para su sostenibilidad futura.
Imaginemos un escenario de movilización social colectiva, una especie de primavera árabe, que genere un éxodo masivo de los usuarios de Facebook a otra plataforma. Suena posible. Pero, ¿a donde se van 2.200 millones de usuarios, manteniendo la usabilidad y funcionalidad que ahora disfrutan?
¿A Google+? Sin comentarios
¿A Instagram? Recordemos que Instagram también es propiedad de Facebook, al igual que Whatsapp.
Hoy en día no hay alternativa realista a Facebook y su ecosistema. Zuckerberg no supo mencionar ni un solo competidor global durante su comparecencia, haciendo evidente su monopolio en las relaciones sociales online.
Además, ante la explotación comercial de los datos personales que realiza Facebook, los usuarios pasan de la ignorancia a la tolerancia, asumiéndolo como reglas de un juego en el que no se sienten perjudicados individualmente sino al contrario: reciben un servicio de conexión social sin que suponga un coste para ellos.
Una segunda derivada de la fuga de usuarios es que los anunciantes se vayan. Pero tengamos claro un detalle: la eficacia de la publicidad en Facebook no tiene competencia actualmente, por su nivel de segmentación cualitativa y cuantitativa, unido a su bajo coste.
Por tanto, los anunciantes solo se irían si huyeran los usuarios, como es lógico.
3. Que Facebook comience a cobrar a los usuarios
En el año 2017, Facebook tuvo unas ventas (principalmente en publicidad) de más de 40.000 millones de dólares. Además, sus ventas crecen a un ritmo sostenido del 50% anual.
Para igualar los ingresos de 2017, sin tener anunciantes, Facebook debería cobrar 18 dólares a cada usuario, 15 euros al cambio, 1,25 euros al mes. Lo que cuesta un café en España.
Facebook ganaría más dinero no cobrando a los usuarios, porque no puede incrementar la cuota ese 50% anual, algo que sí ocurre con el modelo de negocio publicitario. Pero en su comparecencia en el senado de los EE UU, Zuckerberg ya dejó la puerta abierta a comenzar a cobrar.
Ser usuario de pago es una interesante opción B para dar acomodo al colectivo minoritario de usuarios no tolerantes, más sensibles con su privacidad.
4. Multa ejemplar a Facebook
Para muchos, la imposición de sendas multas en EE UU y en Europa será una opción muy plausible. Pero ¿cuál es el impacto y la pertinencia de una multa ejemplar?
Volvamos a los resultados de 2017: Facebook consiguió un beneficio neto superior a los 15.000 millones de dólares.
La mayor multa de la historia de los EEUU (Oldebrech, 2017, 2.000 millones de euros al cambio) es solo un 17% de los beneficios de Facebook. En el caso de Europa, la mayor multa de su historia (Google, 2017, 2.420 millones de euros) correspondería a menos de un 19% de los beneficios.
Por otra parte, en su estrategia de defensa, Facebook podría posicionarse como una victima de un investigador sin escrúpulos (Alexandr Kogan) que vendió ilegalmente los datos de usuarios a un tercero sin relación alguna con Facebook (Cambridge Analytica).
En resumen, el impacto de la sanción sería similar a una multa de trafico, y aparentemente fácil de recurrir.
5. Que no pase nada de lo anterior
Algo deberá cambiar, si no es a corto al menos a medio plazo. Pero existen dudas razonables de de ahora ocurra algo en Facebook, a nivel de usuarios o cuenta de resultados. Las deficiencias que originaron la fuga de datos ya hace tiempo que están resueltas, y Cambridge Analytica no tiene ni ha tenido nunca relación directa con Facebook.
¿Cuál es tu opinión? ¿Qué crees que va a ocurrir con Facebook?
