Luisa Alcalde
Aguacates, mangos, papayas y piñas pintan de color los campos de cultivo que rodean la comarca de La Herradura, como una de sus principales actividades económicas, gracias a una climatología privilegiada. La otra sin duda es el turismo, que en esta pequeña localidad de la Costa Tropical granadina es fundamentalmente de tipo familiar.
Los visitantes veraniegos vienen en busca de la tranquilidad que ofrece una localidad de poco más de 4.000 habitantes y la práctica de los deportes náuticos, sobre todo del submarinismo, ya que se encuentra enclavada en el paraje natural Maro-Gordo, con un fondo marino digno de un paseo acuático, protegido por la Unesco. Para los amantes del senderismo, merece la pena ascender al Cerro Gordo, una de las estribaciones de la bahía para contemplar las espectaculares vistas de la Costa Tropical a un lado y la Costa del Sol y Nerja al otro. Y la torre de vigía del siglo XIV, construida sobre una atalaya nazarí de los tiempos del Reino de Granada, cuyo objetivo era proteger a labradores y pescadores de la zona, mediante señales de humo durante el día y de fuego por la noche, de la presencia de piratas, que encontraban en estos lares un lugar propicio para aprovisionarse de agua y adentrarse en el territorio para cometer tropelías.
En la subida por este sendero, se puede ver fauna autóctona, como cabras montesas y mucho más difícil, por su escasa dimensión de 3 céntimos y su camuflaje perfecto, al Dragón andaluz, en peligro de extinción y el único camaleón que aún existe en Europa. Como colofón a la caminata se puede tomar un refresco al atardecer en un bar/restaurante situado en la cúspide para disfrutar de la espectacular puesta de sol.
Desastre naval
La bahía perfecta, enclavada entre la Punta de la Mona y Cerro Gordo en forma de herradura, da nombre a lo localidad granadina y sirve de refugio a los barcos que transitan por la zona para atracar durante una jornada y descubrir un mundo submarino muy apreciado. Sin embargo, y pese a la orografía aparentemente protectora, La Herradura fue el escenario del segundo mayor desastre naval de la flota española. La armada, compuesta por 28 galeras y un total de 7.000 tripulantes, iba en auxilio de las plazas de Orán y Mazalquivir. En su viaje desde Cerdeña y ante el gran oleaje que azotaba al puerto de Málaga, el capitán general de galeras de España, Juan de Mendoza y Carrillo, decidió resguardarse por la mala mar en este fondeadero. Echaron las anclas próximos a la Punta de la Mona, con tan mala suerte que en la mañana del 19 de octubre de 1562 se levantó un fuerte viento del sudoeste que empujó las embarcaciones contra los riscos, la playa y entre las propias naves, lo que causó alrededor de 5.000 víctimas mortales. En la propia localidad granadina hay un pequeño fuerte próximo al litoral, que con suerte puedes encontrar abierto, convertido en centro de interpretación de esta espeluznante catástrofe náutica.
Marcado acento andaluz
El centro de La Herradura, con marcado acento andaluz, por sus paredes encaladas y macetas de geranios, merece un paseo, y entre sus callejuelas podemos encontrar una tienda/taller digna de mención, Lílianes Urquieta, donde su propietaria que da nombre a la tienda, confecciona de manera artesanal, joyas, tocados, sombreros, bolsos y complementos.
Hotel Peña Parda
En los alrededores, se puede visitar Salobreña, un pueblo blanco andaluz con un imponente castillo de origen árabe que sirvió de baluarte defensivo y que también fue prisión en época nazarí. En los días claros, se divisa África y en el invierno, Sierra Nevada.
La Herradura tiene una escasa oferta hotelera, pero destaca por su singular arquitectura y su ubicación frente a la playa el establecimiento Peña Parda. Con 20 habitaciones, pequeñas pero muy luminosas y bien decoradas, algunas con vista frontal al mar, confiere la sensación de estar sobre el Mediterráneo, dado que solo tienes que atravesar una carretera para llegar a la playa, de guijarro y difícil acceso si vas descalzo.
En un extremo de la bahía, próximo al ascenso a Cerro Gordo, el establecimiento tiene un restaurante italiano llamado Mercato, donde se puede degustar una buena selección de pastas y pizzas, pero también especialidades locales como el calamar a la brasa. Muy recomendable, por su calidad y servicio. Asimismo es el lugar donde se sirven los desayunos a la carta, con buenos zumos y smoothies, tostadas variadas con muchos ingredientes saludables y algunos de origen italiano, yogur, cafés y platos calientes con huevos, entre otras delicias.
Para probar la gastronomía de la zona, una excelente opción es Amarre, un chiringuito para deleitarse, con los pies en la arena, de platos antológicos como sus abundantes entrantes como la Ensalada tropical, que incorpora fruta como mango o melón, su Calamar a la plancha, Sardinas en espeto, Atún a la brasa y pescados como lubina o dorada. También ofrece Quisquillas de Motril a la brasa y fritos de boquerones y rosada (un pescado blanco local), además de excelentes carnes, al contar con un restaurante en Sierra Nevada especializado en buenos cortes. Su carta de vinos, muy reducida, sorprende por algunas referencias.