España es uno de los países con los impuestos directos más altos, según revela el informe Análisis comparativo de los principales impuestos en la UE, EE UU y los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China), realizado por Ernst & Young Abogados.
En España, al contrario que el resto de Europa, la mayor parte de la presión fiscal deriva de la imposición directa (IRPF o Sociedades), “mientras que la imposición indirecta tiene mucho menos protagonismo”. Por ello, consideran que España se encuentra en una posición “alterada” respecto al resto de países.
El informe pone de relieve que el tipo marginal medio del IRPF en España es del 45,8%, mientras que la media de la UE está en el 37%. En comparación con EE UU, el tipo máximo español es 7 puntos superior y está cerca de 17 puntos por encima de los países BRIC.
Pérdida de competitividad
Por su parte, el Impuesto de Sociedades es uno de los más altos de Europa, aunque inferior al de EE UU, tal y como refleja el estudio, que señala que España (con un tipo del 30%) es el quinto país de la UE con la tasa más alta, sólo superada por Malta, Francia, Bélgica e Italia. Según Eduardo Sanfrutos, responsable de tributación de empresas de Ernst & Young, esto resta competitividad a las empresas españolas respecto a las de su entorno.
En este sentido, la firma cree que si el Gobierno necesita subir impuestos para recaudar más, “tiene mucho más margen en el ámbito de la imposición indirecta que en el de la directa”, y pone de ejemplo el IVA español, que con un 18% es el tercero más bajo de todos los países analizados en el estudio.
Además, Ernst & Young destaca que España es de los países europeos que más utiliza la posibilidad que da la UE de aplicar los tipos del IVA reducidos y superreducidos, “algo que en Bruselas no está bien visto, porque consideran que con estas medidas no se consigue reducir la inflación”.
Europa Press