Eresma, la marca de embutidos y elaborados de Grupo Copese, renueva su imagen con la vista puesta en la tradición y en sus orígenes, en su alma rural “sin perder de vista la innovación y los estrictos estándares de calidad que han convertido a esta firma en un referente regional y nacional, con una creciente proyección internacional”.
Bajo el nombre del río encargado de regar y llenar de vida las tierras segovianas en las que se encuentra ubicada la empresa, Eresma convierte en su emblema por excelencia el Puente Grande de Coca, que sirve de acceso a la villa. Esta edificación se levantó sobre uno anterior, de origen romano. Construido en el siglo XVIII por la Comunidad de Coca, se eleva más de una decena de metros sobre el río, al cual se abre en un único y gran ojo de medio cañón por el que fluyen sus aguas.
Nuevas metas
Durante todos estos años, desde su nacimiento en 1993 para dar nombre a las carnes frescas, jamones, paletas, embutidos y ollas tradicionales, la marca ha vivido diferentes etapas con varios cambios de imagen. “Ha crecido, evolucionado y conquistado nuevas metas, pero nunca ha perdido de vista su casa, su pueblo, sus raíces. En definitiva, siempre ha mantenido y potenciado su alma rural, una esencia que define a Eresma y a Grupo Alimentario Copese es su compromiso con el medio rural y de proximidad”, apuntan sus responsables.
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