James Carville, director de Campaña de Bill Clinton, se hizo famoso al inicio de la Presidencia demócrata cuando declaró al Wall Street Journal: “yo solía pensar que, si existía la reencarnación, quería volver como presidente, o como Papa, o como estrella de béisbol. Pero ahora quiero volver como mercado de bonos. Así puedes intimidar a todo el mundo”. Estas palabras, pronunciadas hace casi 20 años, son premonitorias de la situación por la que atraviesan hoy en día los países más débiles de la UE. Los gobiernos emiten bonos como fórmula para captar dinero prestado de los mercados internacionales, pero a cambio deben de someterse a su juicio, que como tal tiene unas dosis de subjetividad. Si pierden la confianza en un país, ya puedes darte por fastidiado, dado que se elevará el coste de los empréstitos al considerar errónea su política fiscal y económica, con lo que elevan las cargas de una economía que en esos casos no suele estar pasando precisamente por sus mejores momentos.
Como recuerda en su último libro el historiador británico Niall Ferguson, especializado en el mundo de las finanzas, “antes o después, el gobierno se enfrenta a tres difíciles alternativas. ¿Deja de pagar una parte de su deuda, verificando así los peores temores del mercado de bonos? ¿O bien, para tranquilizar al mercado de bonos, recorta el gasto en alguna otra partida, contrariando a sus votantes o a determinados grupos de presión? ¿O bien trata de reducir el déficit subiendo los impuestos? El mercado de bonos se inició para facilitar los empréstitos al gobierno; en una crisis, en cambio, puede acabar dictando la política económica de ese gobierno”. Poco más queda por añadir a estas frases.
La deuda de Castilla y León
En Castilla y León, Pilar del Olmo, consejera de Hacienda, destacó recientemente la buena situación de nuestra comunidad autónoma para emitir deuda, en la que quedan 200 millones de euros pendientes de negociar de los 1.300 millones que había que formalizar este año entre reposición y deuda nueva. Nuestra región es la cuarta menos endeudada del país, pero en este caso, la marca España nos penaliza claramente a la hora de acceder a una financiación externa cada vez más necesaria por la caída de los ingresos procedentes del Estado y de la UE y por la reducción de los fondos captados vía impositiva ante la alargada crisis. En esta época de asfixia financiera, alguna región se ha tirado al monte lanzando los denominados bonos patrióticos con una rentabilidad del 4,75% TAE, lo que lastrará el futuro de esa zona al asumir elevadísimos costes financieros; y de paso dejan en una situación complicada al resto de las comunidades autónomas que no están dispuestas a pagar esas rentabilidades para captar más fondos. Hasta en este tema ha saltado por los aires el juego limpio entre las diferentes regiones españolas.
Volviendo a Ferguson, ya no sé quién dirige la política económica de nuestro país, si Bruselas, si Alemania con la mosqueada Ángela Merkel que no deja de dar coscorrones a sus despilfarradores vecinos sureños, si los especuladores de los mercados de bonos o si el Gobierno de Zapatero, aunque esta última alternativa va perdiendo fuerza con el paso del tiempo. ¿Alguien me puede aclarar este duda financiero-existencial?
Buenos días,
me parece una muy acertada reflexión. ¿Está feo señalar? Pues vamos allá:
– hemos dejado toda la regulación normativa y la vida social (económica, política, empresarial, sindical,…) en manos de demostrados incompetentes. Demostrados digo porque la actual situación económica, que deriva de su gestión, así lo pone de manifiesto.
Cometimos un error.
– hemos dejado la reparación de la situación en manos de… ¡los mismos personajes! O parecidos. Estamos cometiendo de nuevo el mismo error.
¿Qué demuestra esto? Pues que seguimos siendo humanos: ¿No es este animal el único que tropieza dos veces en la misma piedra? Lo malo es que nadie sabe cuales serán las consecuencias de esta segunda caida. ¿O sí?
Buenos días.
La contestación a la pregunta a mi parecer parece obvia. Me apunto a la cita de Neill Ferguson: La política económica-fiscal de nuestro país la dirigen los especuladores de los mercados de bonos.
Por lo que nuestros gobernantes están con las manos atadas.
Me parece muy acertado el comentario al respecto de la emisión de bonos patrióticos desde el gobierno de Comunidad Valenciana y Cataluña. Más leña al mono.