El nuevo modelo que impide la doble comisión por sacar dinero en cajeros de otros bancos entró en vigor este domingo. El banco propietario del terminal no podrá cobrar una comisión directamente al cliente, pero sí a la entidad emisora de la tarjeta, que podrá repercutir o no esta tasa al usuario, de forma total o parcial. Además, la pantalla del cajero deberá informar al usuario del importe máximo que se podrá repercutir.
El Gobierno ha establecido hasta el 1 de enero de 2016 para que las entidades puedan adaptar sus sistemas de pago a las modificaciones establecidas por esta norma.
En el caso de que la retirada de efectivo sea a débito, la emisora de la tarjeta sólo podrá repercutir al cliente la comisión satisfecha al dueño del terminal, pero no podrá cobrar ninguna comisión o gasto adicional, según aclaró Luis de Guindos, ministro de Economía, en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
Si la extracción de dinero es a crédito, el Gobierno contempla que la emisora de la tarjeta pueda cobrar un importe adicional a la tasa cobrada entre bancos, ligada a la concesión del crédito. Eso sí, esta cuantía no podrá superar al que la emisora cobra a sus clientes por sacar dinero en efectivo a crédito.
Pactar libremente
El Gobierno indicó que el propietario del cajero y el emisor de la tarjeta podrán pactar libremente la comisión a pagar por este último. En caso de que no alcancen un acuerdo, el propietario de la máquina fijará una tasa uniforme en todo el territorio nacional “y no será discriminatoria”. La cuantía se podrá revisar cada año.
El ministro estimó que en España se realizan más de 900 millones de operaciones de retirada de efectivo al año. El parque de terminales en España asciende a más de 50.000 máquinas.
Castilla y León Económica/ Europa Press