El chiringuito español no tiene competencia en el mundo globalizado. Sobre todo si no ha sido descafeinado por la influencia extranjera y no se ha visto abocado a ofrecer patatas con ketchup y la siempre recurrente cheese burguer.
Les puede parecer una afirmación prepotente, rayando en lo nacionalista, pero nada más lejos de mi intención, pues me considero ciudadana del mundo y siempre acudo con curiosidad benevolente a conocer nuevos lugares.
Sin embargo, no he encontrado parangón con nuestro chiringuito hispano en ninguna otra parte del mundo que he visitado. Y si no, hagan ustedes la prueba de realizar un recorrido mental por la costa española. Pensemos en las coquinas y gambas de las tabernas de Huelva; en el camarón, langostino, carabinero o atún -en sus diferentes modalidades- de la zona de Cádiz; en la gamba roja de Almería; en la sepia con ajo de Murcia; en la gamba de Tarragona o en sus sepiolas; en las sardinas o rabas de Santander; o en el marisco único en el mundo de Galicia, por poner sólo unos pocos ejemplos.
Por no hablar del servicio, normalmente bien entrenado y ágil, pese a que la crisis ha dañado en parte la calidad, ganada a pulso durante años, porque ha mermado las plantillas. Pero aún así, nos apañamos para que no se note demasiado.
No ocurre de lo mismo en otros lares, porque la oferta gastronómica en zonas de playa no tiene la variedad de nuestra despensa marinera y porque la atención se vuelve lenta y difusa.
Grecia y Portugal
Este verano he tenido la ocasión de visitar 2 zonas costeras de 2 países marineros con sendas cocinas de raíces comunes a la nuestra, pero sin llegar ni de lejos a nuestro despliegue: Grecia y Portugal.
En Grecia, puedes encontrar ensaladas, zumos naturales, pulpo, calamar y salmonetes, pero eso es todo. En Portugal, el abanico se incrementa, pero no se puede equiparar a la coquinaria española.
Y no digamos la atención. Griegos y portugueses son simpáticos y encantadores, pero les faltan tablas y el servicio a veces está trasnochado. Un ejemplo: hoy en día, en casi ningún bar de nuestro país se sirve el vino en diminutas copas más propias de la serie televisiva Cuéntame.
Y si analizo los combinados, tres cuartos de lo mismo. Cuando te pides una copa, no la sirven en el vaso adecuado, escasean los hielos y la variedad de marcas alcohólicas brilla por su ausencia. No me extraña que en España seamos el segundo consumidor del mundo en ginebras premium (y seguro que per cápita, somos el primero) y eso, pese a lo que piensen los críticos sobre las nuevas modas, es una consecuencia directa de la calidad y el cuidado de los detalles que nuestra hostelería, incluidos los chiringuitos, pone en esta especialidad.
Totalmente de acuerdo.
Nuestra industria turística es única y de primera, según reconocen toda clase de grupos y entidades internacionales.
Y ello se debe no sólo al clima, porque entonces nos podrían aventajar países como Grecia o Italia, sino a la gran variedad de ofertas de nuestra hostelería. Y ahí es donde tiene un peso importante el Chiringuito.
Que nadie intente quitarnos el Chiringuito.
Así es, yo también lo considero patrimonio nacional.
Gracias por participar, un saludo.
Es “curioso” que lo más leído en un canal de información económica sea este blog, muy interesante, aunque de un valor en principio de entretenimiento.
Este comentario no es una crítica hacia la publicación sino para que nos demos cuenta de los títulos que nos llaman la atención a la hora de decidirnos por algunos de ellos para saber más del tema refiriéndose dichas publicaciones a temas de economía.
A mi entender, su observación es muy acertada. Y podríamos entrar a analizar varios temas relacionados con ella, pero sólo comentaré un par de ellos:
1.- Cuando uno tiene aún frescas las vacaciones, le puede más la nostalgia sobre el tiempo ocioso del estío y el subconsciente le lleva a buscar lecturas más fáciles y dicharacheras que a artículos sesudos.
2.- Y por otro lado, un debate todavía mucho más complicado: ¿Quién decide lo qué es o no importante? A veces sorprende que en la actualidad existan noticias de gran trascendencia que son directamente dinamitadas por temas a priori menores, que acaban convirtiéndose en trending topic en Twitter.
Gracias por tu aportación.