Pasó José María Fidalgo como un tornado por Valladolid. Este ex sindicalista leonés que estudió la carrera de Medicina en Valladolid durante seis años ofreció un tipo de conferencia a la que no estamos acostumbrados. Frente a las frías disertaciones sobre los datos macroeconómicos y a las conclusiones políticamente correctas que intentan no molestar a nadie, Fidalgo se metió en todos los charcos con una alocución mitinera -experiencia no le falta- y a pecho descubierto en la que dijo verdades como puños. En el Foro Económico de El Norte de Castilla, repartió estopa -verbal- y hubo para todos.
Sobre la crisis -donde dijo que España está atravesando el Cabo de las Tormentas, así que algo hemos avanzado porque según los gurús antes estábamos en la Tormenta Perfecta-, apuntó que es culpa de todos, no sólo de la banca -como algún ministro del Paro acusica pretende- ni de los políticos, sino de toda la sociedad, pues las familias españolas se han endeudado hasta las cejas creyéndonos los nuevos ricos de la UE. Sobre este tema, Fidalgo recordó las palabras del padre de un banquero español -de apellido Botín, les apunto-: “En España, lo que se dice ricos, ricos, la verdad es que somos muy pocos”. Para reflejar la afiebrada mentalidad del españolito de a pie, nos contó que un amigo suyo, albañil de 60 años, fue un día a verle todo contento porque el banco le había diseñado “un producto financiero a la medida”, que no era otra cosa que una hipoteca para que el hombre se comprara un chalecito adosado con su parcela y todo a las afueras de Madrid.
Más grave es su denuncia, que compartimos muchos, sobre la “quiebra de las relaciones institucionales”. Se acabó el juego limpio entre nuestras instituciones y desde hace años estamos asistiendo a un prolongado combate entre las administraciones estatal y autonómicas e incluso entre algunos gobiernos regionales; y entre el poder ejecutivo y el judicial (ahí está la espantada de tres magistrados del Tribunal Constitucional); a lo que hay que añadir la ruptura del Diálogo Social por los encontronazos de la patronal y las centrales sindicales; la presión de los nacionalistas que mercadean sus apoyos en los Presupuestos Generales del Estado; y así un largo etcétera. “Los políticos de la Transición nos hicieron un regalo, pero tiene fecha de caducidad. Es necesario cambiar la Constitución”, indicó el ex dirigente de CC OO. Desde luego, algo hay que hacer porque la Carta Magna aprobada hace más de 30 años necesita unos retoques para no volver a los reinos de Taifas que tan bien conocemos en la historia de nuestro país. “No tenemos conciencia de nación, todos queremos tener de todo”, afirmó, y esa mentalidad no hay cuentas públicas que la aguanten.
Más interés por los culpables que por las soluciones
Muchas veces, cuando escucho a los grandes especialistas que tiene nuestro país sobre diversas materias, entre ellas la económica, me pregunto por qué no se les hace caso y complicamos tanto las cosas. Fidalgo aclaró estas dudas: “España es un país que tiene aversión al conocimiento de los expertos”. Y apuntó que cada vez que hay un problema, en vez de intentar encontrar una solución, primero buscamos a un culpable y después nos dividimos en dos bandos para fusilarnos (Goya nos inmortalizó con su cuadro Duelo a garrotazos, que explica más sobre nuestro devenir como nación que cualquier libro de Historia).
Si la sociedad española está a la gresca, ¿no hay dirigentes que diseñen una política capaz de superar la crisis económica e institucional? El ex sindicalista leonés tampoco se muestra muy esperanzado: “todo el mundo sabe lo que hay que hacer, pero falta voluntad, liderazgo e inteligencia; y no las hay”.
Más de uno piensa que a España le ha cogido la peor crisis económica internacional con el pie cambiado al encontrarse al frente del país los peores dirigentes de nuestra reciente democracia: un gobierno inepto, una oposición contemplativa, unos sindicatos apesebrados y una patronal dividida. Pero, como indicó Fildalgo, “los políticos, los sindicatos, la patronal, somos nosotros; porque nosotros los hemos puesto ahí”. Entonces, ¿la peor crisis económica e institucional coincide con la peor sociedad civil española de las últimas décadas?
Por último, Fidalgo compartió una reflexión de Antonio Muñoz Molina. Un día, el escritor andaluz viaja en el metro de Nueva York y observa en el vagón a dos ejecutivos, una monja, tres colegiales negros, un hindú y dos trabajadores blancos. En ese momento, piensa que en España somos tan parecidos, que perdemos el tiempo buscando nuestras diferencias para separarnos; mientras que en EE UU las personas nacen diferentes, pero se perciben como iguales y luchan por ello. Así les va allí y así nos va aquí, y no me refiero sólo al ámbito económico.
Querido Alberto:
Sindicalismo aderezado con llamamientos a la lealtad, el patriotismo, la unidad, la austeridad y responsabilidad de las familias, quejas por la falta de liderazgo y voluntad…
¡Éste es falangista!
Y luego eso de “todo el mundo sabe las medidas que hay que tomar, lo que pasa es que falta voluntad”. Mentira, no hay ningún consenso ni en el diagnóstico de las causas de la crisis ni en el camino de salida; al contrario, el enconamiento ideológico es mayor que nunca.
Como ZP desentierre de verdad a Franco y el caudillo abra los ojos verás la que se prepara.
Un abrazo
Hola José María:
Ya lo dijo el propio Fidalgo: hay mucha gente de izquierdas que no sabe que es de derechas.
Respecto a las causas de la crisis y las mejores medidas para salir, comparto con Fidalgo en que se saben cuáles son, pero hay una evidente desidia para aplicarlas. No se trata de pócimas mágicas, sino de aplicar lo que funciona en países como Alemania. La Europa más desarrollada ya no hablaría de crisis, si no llega a ser porque los países periféricos de la UE, entre ellos España, siguen siendo una amenaza por su inestabilidad.
Hombre, antes que resucitar a Franco, los españoles podríamos pagar unas vacaciones durante un año a Merkel en Mallorca a cambio de que nos gestione la cosa pública (menos la agricultura, por lo de los pepinos).
Un abrazo y gracias por participar en este blog.
Estimado Alberto:
Felicidades por el resumen que nos haces llegar y gracias. Fantástico. Y son verdad muchas cosas que dice Fidalgo. Recuerdo una comida con una destacada responsable política-universitaria en la que comenté lo de la culpa de las familias en los endeudamientos y las hipotécas y me miró como si hubiera dicho una locura. La banca, por Dios, la banca es la culpable……..
La aversión de los políticos a los expertos. QUE CIERTO ¡¡¡¡¡,
Es un artículo para leer y releer, meditar y pensar….
Nuevamente Felicidades y gracias.
Un saludo
Jesús
Hola Jesús:
Muchas gracias por tus valoraciones y por participar en este blog.
Saludos.
No se si ha sido el discurso de Fidalgo, o la reelaboracion de Alberto, pero el artículo esta genial. Felicidades!
Hola:
Muchas gracias por participar en este blog.
Saludos.
Como reflexión al artículo mostrado, se me ocurre destacar varios aspectos:
1º.- La persona: Este hombre fue dirigente de una central sindical y durante los años que ejerció su cargo no expuso estas opiniones. Por este motivo sus reflexiones aunque bastante acertadas están desacreditadas en su persona.
2º.- El contenido: Tiene bastante razón en que la responsabilidad de todo esto la tiene la gente (individual y colectivamente) aunque no ha definido el concepto de dicha responsabilidad: “Corrupción Generalizada”. Mucha gente ha vivido y vive muy bien en este sistema. Habrá mucha resistencia a cualquier cambio…
3º.- La conclusión: Hay que cambiar muchas cosas pero no se puede utilizar el ejemplo de Estados Unidos porque no hay otro país en el mundo con las contradicciones económicas que existen allí: La gente más rica y la más pobre, los mejor preparados y los más analfabetos,…
Sólo es posible avanzar en esta sociedad si se consiguen condiciones de igualdad real entre los ciudadanos, basada en la capacidad económica para tomar decisiones sobre su destino.
Hola:
Estoy totalmente de acuerdo con tu última frase, pero a los ciudadanos hay que enseñarles que sólo se tiene capacidad económica mediante el trabajo y el esfuerzo; y no sólo con ayudas y subsidios, como algunos reclaman insistentemente.
Respecto a la figura de Fidalgo, vamos a darle una oportunidad, porque la gente con los años evoluciona. Es algo innato a la condición humana y de lo que tenemos muchos casos documentados desde la conversión de Pablo.
Muchas gracias por tus aportaciones a este blog.
Bueno, hay un punto en el que no puedo estar de acuerdo: Cuando dice que todo el mundo sabe lo que hay que hacer pero falta “liderazgo, voluntad, inteligencia y nos las hay”
Pienso que se equivoca, solo hay que buscar donde está. Alrededor hay mucho pero somos demasiado individualistas como para encontrarlo.
Un cordial saludo,
Hola:
Fidalgo se refiere al liderazgo político capaz de sacar adelante las urgentes y drásticas reformas que necesita el país, sin medias tintas ni parches. Por desgracia, tiene toda la razón, como estamos viendo en las tímidas medidas aprobadas por el Congreso de los Diputados en los últimos meses.
Saludos y gracias por participar en este blog.