El Servicio de Estudios Económicos de Castilla y León (ECOVAEstudios) presentó este miércoles el Observatorio Económico de la región correspondiente al primer trimestre del año 2024, donde se pudo constatar que “España ha sido de los últimos países de la Unión Europea en volver a tener un Producto Interior Bruto (PIB) al nivel previo a la pandemia”. No obstante, “el PIB está creciendo debido al gasto público que, a su vez, está basado en deuda pública y que junto a que el consumo privado se ha estabilizado últimamente es lo que hace que realmente se mantenga estable la economía”.
En este sentido, “la economía castellana y leonesa seguirá creciendo, pero tiene que focalizar su atención en corregir los desequilibrios de déficit público, debiendo reducir el gasto público que no aporta valor a la economía y poner la atención a la devolución de la deuda”, subraya el Observatorio.
En cuanto al análisis de los datos de empleo, Juan Carlos de Margarida, director de ECOVAEstudios, afirmó que “la creación de empleo en el sector privado se encuentra limitada debido a que la productividad por puesto de trabajo y por hora efectivamente trabajada se encuentra en negativo, aunque estable en el último año; y también debido al incremento del SMI, que no ha ido acompañado de la productividad de trabajo”. En este sentido, ha advertido que existe una preocupación en cuanto al paro de mayores de 50 años, “que necesitan reciclarse y adaptarse a las nuevas realidades de producción de bienes y prestación de servicios”.
Desde el punto de vista empresarial, las variables analizadas por ECOVAEstudios han mostrado que “existe una falta de competitividad de las empresas como consecuencia del incremento de los costes laborales, lo que se traduce en un perjuicio para la creación de empleo. En suma, estamos en un momento de reducción de la inversión debido a la gran incertidumbre de las decisiones geopolíticas a nivel nacional y europeo”. De Margarida quiso reseñar que “el retraso de los fondos europeos, que no llegan al sector empresarial con la celeridad que se precisa por la falta de criterios y de transparencia en la ejecución de la mayor parte de los mismos, hacen peligrar la innovación y la competitividad empresarial y por ende el crecimiento y la estabilidad económica del país”.
Desde ECOVAEstudios han resaltado la situación actual de los tipos de interés, lo cuales “ha experimentado una bajada de 0,25 puntos, hasta alcanzar el 4,25%, siendo ésta la primera rebaja desde marzo de 2016 y tras 9 meses al alza”. Ante esta realidad, De Margarida destacó que es beneficioso comenzar “la senda de la baja de tipos, puesto que tendrá un impacto positivo en el mercado inmobiliario y en el consumo de lo hogares; aunque se debe tener especial preocupación en que si siguen bajando sin un crecimiento económico, el euro podría depreciarse e incrementar la inflación”. Además, también alerta que para que los tipos de interés sigan disminuyendo “es clave la evolución de la inflación en los próximos meses”.
Estabilidad presupuestaria
Desde ECOVAEstudios se enfatiza que “el déficit estructural está desproporcionado. Se necesita hacer una auditoria y un examen de conciencia e identificar los gastos estructurales que no debían de haber dejado de ser coyunturales y eliminarlos en su totalidad”. Además, se considera que “la estabilidad presupuestaria y la responsabilidad fiscal deben de hacerse a costa del coste político. Se necesita sentido común y valentía. Hay que dejarse de promesas y pasar a la acción sin titubeos ni dilaciones. El orden presupuestario debe prevalecer”.
De Margarida concluyó que existe una actividad económica sólida en Castilla y León, “donde la demanda interna (consumo hogares) y la externa (exportaciones) están funcionando al unísono y generando sinergias. Esto hace que estemos ante una economía relativamente buena en relación con el resto de regiones, algo que se debe principalmente a la fortaleza del sector servicios y a una industria agroalimentaria determinante para el crecimiento económico a corto y medio plazo”.
El Observatorio Económico incluye una recomendación: “Las subidas de impuestos progresivas pueden provocar una desaceleración económica de inicio lento con consecuencias negativas a medio plazo. Las decisiones en política fiscal son un ejercicio de responsabilidad y de sentido común que afectan a la política económica y por tanto al Estado del Bienestar de los ciudadanos. Por ello, se deben tomar decisiones valientes y consensuadas al objeto de garantizar un crecimiento sostenido y equilibrado en el tiempo, puesto que hemos pasado de la incertidumbre de una desaceleración económica a la certidumbre de un crecimiento con muchas sombras”.
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