El 61% de los españoles reconoce que le resulta difícil en la actualidad hacer una compra de alimentos sostenibles y menos de la mitad estaría dispuesto a pagar más por este tipo de productos, según se desprende de los datos de la Encuesta Sobre Hábitos de Compra y Consumo 2021 de la Mesa de Participación Asociaciones de Consumidores (MPAC).
En concreto, la encuesta confirma que la conciencia ambiental está firmemente implantada en los hogares españoles, como demuestra su evolución positiva en materia de reciclaje y separación de residuos o su preocupación y actitud combativa contra el desperdicio alimentario, ya que un 88% lo considera un problema e intenta evitarlo.
Incremento del comercio ‘online’
La encuesta muestra que se establece en un 6% el uso del comercio online entre la población después de que experimentara un incremento durante el periodo de pandemia hasta el 8,9%. Sin embargo, la compra de alimentación online todavía no está consolidada, pero sí se aprecia una valoración positiva por parte de los encuestados, concretamente de un 67% si bien solo la mitad lo ha usado alguna vez, sobre todo por la comodidad, mientras que el 35% todavía es reticente al no poder ver el producto que adquiere.
De esta forma, el supermercado se sigue manteniendo como el lugar de compra preferido para el 64% de los encuestados, igual que en 2020, seguido de lejos por los hipermercados (16%) y el pequeño comercio de proximidad con el 14%, ambos con porcentajes similares en los últimos años analizados.
Diversificación de la compra
Por otra parte, se constata que los consumidores diversifican la compra en diferentes establecimientos dependiendo de si se trata de comprar productos perecederos o no perecederos. Así, los productos frescos se adquieren mayoritariamente en los pequeños comercios y mercados municipales (46% en el caso de la carne, 45% en el pescado y el 52% de frutas y verduras).
Además, el consumidor medio en España da una gran importancia a la calidad del establecimiento en el que hace la compra (58%) por encima de la cercanía con un 54% y del precio (47%), lo que supone un aumento con respecto a otros años en los 3 factores que se consolidan como los más importantes para los ciudadanos, incluso en los meses de confinamiento por la pandemia.
Una situación similar pasa a la hora de adquirir un producto donde la calidad prima para la mitad de los encuestados seguido de lejos por las preferencias personales (23%) y el precio (19%). Y es que más del 90% de los encuestados es consciente de la importancia del binomio alimentación y salud, un porcentaje que este año se ha visto reforzado por las circunstancias sanitarias a nivel global.
Etiquetado, la asignatura pendiente
La encuesta muestra que la mitad de la población consultada asegura que la etiqueta es su principal fuente de información sobre un alimento, pero se desprende un progresivo desinterés por ella y un aumento de los encuestados que aseguran no buscar información por este canal.
Internet se sitúa como segunda fuente de información y se mantiene en torno a un 20% desde 2019. De hecho, el etiquetado actual resulta mejorable para más del 50% de los consumidores, bien porque sus datos son poco visibles, confusos o irrelevantes.
Respecto a los conceptos más importantes de la etiqueta para el consumidor, un 60% se fija en la fecha de caducidad, el 59% en los ingredientes y al 34% en el origen del alimento. Sobre la información nutricional, lo que más importa son los azúcares (64%) y las grasas (61%).
Castilla y León Económica/ Europa Press