El Consejo de Cámaras de Comercio de Castilla y León ha trazado una hoja de ruta para 2023 en la que pone el foco en profundizar en la defensa de la empresa, así como en impulsar su internacionalización y transformación digital, en especial de pymes, micropymes y autónomos.
Además, fomentará el desarrollo de la Formación Profesional (FP), sobre todo de la modalidad dual, y potenciará el papel protagonista del medio rural y de los recursos endógenos “para seguir construyendo la comunidad autónoma desde la fortaleza que nos otorga la red y su capilaridad para llegar a todo el territorio ante un escenario que no se antoja fácil como consecuencia de la invasión rusa a Ucrania, la elevada inflación, la escasez de materias primas, los elevados costes energéticos y logísticos, la falta de la sucesión empresarial, la retención de talento y la carencia de mano de obra cualificada en determinados sectores”, asegura Antonio Miguel Méndez Pozo, presidente del Consejo de Cámaras de Comercio de Castilla y León, que presta servicios gratuitos a los cerca de 50.000 usuarios que cada año se benefician de los programas y acciones puestos en marcha por el conjunto de esta red.
Función consultiva
Asimismo, las instituciones camerales orientan y asesoran al tejido empresarial para que sus trabajadores puedan obtener la acreditación de competencias profesionales adquiridas a través de la experiencia laboral o las vías no formales de formación. En este sentido, destacan también por su función consultiva como interlocutor principal entre las administraciones y las empresas, “como únicas representantes de los intereses generales del comercio, la industria y los servicios, proponiendo medidas y conclusiones sobre estudios y encuestas que reflejan las prioridades de nuestras compañías y autónomos”.
Precisamente, en un análisis de la situación actual de España, y tras las últimas decisiones tomadas por el Gobierno central, Méndez Pozo señala la importancia de ser conscientes de que las posibilidades de crecimiento y desarrollo de las zonas rurales están ligadas a la permanencia de población con edades intermedias “que son las responsables del trabajo productivo y de la renovación del tejido social. Y para lograrlo, es necesario que las perspectivas de vida estén garantizadas dentro de unas condiciones mínimas y dignas de empleo, acceso a la vivienda, sanidad, infraestructuras digitales y también viarias y ferroviarias”.
Cohesión del territorio
Al respecto, apunta que la verdadera cohesión y el desarrollo homogéneo de un territorio tan extenso pasa porque “Castilla y León no puede quedarse de forma transversal en tierra de nadie. Se sigue jugando con vías clave como la histórica Autovía del Duero o A-11, la A-60, A-15, A-12, A-73, A-76 y A-40, entre otras, y tenemos a Ávila y Soria olvidadas por la Alta Velocidad y con deficiencias en la red ferroviaria y sin avances clave en grandes ejes europeos”.
No en vano, recuerda que las oportunidades de los grandes corredores ferroviarios como el Atlántico y el Central y la apertura del Oeste Ruta de la Plata, junto con sus respectivos ramales o enlaces para la modernización real de la región a través de los fondos europeos, se están convirtiendo “en un juego de la oca donde no se tienen en cuenta las demandas perfectamente argumentadas y contrastadas de agentes económicos y sociales que no peleamos por cuotas, sino por la verdadera vertebración e impacto en nuestro PIB, la creación de empleo y la dinamización de toda la comunidad autónoma, de las nueve provincias sin excepción”.
Pacto de Estado
En relación con este ámbito, urge a alcanzar un Pacto de Estado frente al reto democrático “con altura de miras y visión a corto y largo plazo”, para que cambie el mapa de nuestro país hacia una España vertebrada, equilibrada, digitalizada y sostenible. “Eso sí, con soluciones específicas a los problemas concretos de cada territorio, para lo que se necesita el compromiso firme de la totalidad de las fuerzas políticas, pero también de las económicas y sociales, acompañado de recursos económicos, de una financiación autonómica justa para Castilla y León y una discriminación positiva para la atención de los servicios públicos que genere un ecosistema propicio para emprender, crecer y vivir”, indica.
Infraestructuras
En esta línea, Méndez Pozo afirma que si la situación no cambia, “sin infraestructuras que configuren una Castilla y León mallada, sin una financiación autonómica justa para un territorio de nuestras características, sin la apuesta por la logística y sin la igualdad de oportunidades para los ciudadanos que viven en una provincia u otra del país, nos preguntaremos más adelante por qué flaquea nuestro tejido empresarial y tendremos que mirarnos al espejo para darnos cuenta de que el último tren, al que denomino Segundo Plan Marshall de la Unión Europea, que nos tendría que hacer más fuertes después de haber superado una dura pandemia, ha pasado de largo por Castilla y León y por España”.
Más información en el número de abril de Castilla y León Económica