El mayor reto de los directores de comunicación y de relaciones públicas es la valentía a la hora de transmitir nuestros conocimientos y experiencias a los consejeros delegados y presidentes de las compañías y, a la vez, es lo que puede aportar mayor valor añadido a nuestra actividad. Éste fue uno de los argumentos que más me gustaron del gurú Paul Holmes, que impartió una conferencia en Madrid organizada por Dircom e Inforpress el pasado día 21 de febrero.
Siempre he pensado que la valentía, la audacia, son necesarias en el desarrollo con éxito de una profesión porque a lo largo de una trayectoria surgen situaciones que requieren valor para encarar los retos y los riesgos que conllevan.
La reflexión de Holmes para mí no era nueva. Precisamente se la había oído argumentar recientemente a Enrique Alcat en una ponencia sobre comunicación de crisis, que ahora reafirmaba el experto anglosajón: “El RP tiene que aportar valor a su organización y eso es decir al presidente lo que no quiere oír”.
A veces coincido con directores de comunicación -bien es cierto que cada vez menos- que profesan tal respeto a sus presidentes o consejeros delegados que evitan contradecirles, con lo que autocensuran una parte importante de sus conocimientos e impiden así una resolución más eficaz de los conflictos. Esa actitud servil, que en muchos casos persigue asegurar el puesto de trabajo en unos tiempos de tanta incertidumbre que ni haciendo de mayordomo las 24 horas uno puede garantizarse sus habichuelas, sí lo lograrían probablemente convirtiéndose en un estratega dentro de su propia compañía, participando en los órganos de poder y asumiendo la responsabilidad de influir en la toma de decisiones.
Para poder acometer con éxito el reto de la comunicación con valentía, Holmes aconsejó una inmersión en el modelo de negocio, es decir, conocer a fondo la organización para la que se va a desempeñar el trabajo desde los cimientos.
Asumir responsabilidades
Ser el responsable de la reputación, de la fama de una compañía es una tarea ardua y complicada no exenta de riesgo y necesitada de grandes dosis de audacia; y es precisamente esa labor la que corresponde al Dircom, que en las empresas punteras se sitúa al mismo nivel que el director financiero, el experto jurídico o el director de operaciones.
“En la era de la transparencia y el compromiso, la autenticidad es el mayor activo de una organización”, aseguró Holmes. Lo suscribo y añado: esa autenticidad está reñida con la cobardía y con mensajes incoherentes que echarían por tierra el trabajo de años dedicados a labrar una buena reputación.
Para difundir con valentía nuestros argumentos, éstos deben basarse en conocimientos contrastados y refutados en años de experiencia. No estoy hablando de temeridad, ni de prepotencia, sino de rigor y profesionalidad sin servilismos al servicio de nuestras organizaciones, sin perder nunca el espíritu analítico y la capacidad de autocrítica para compartir nuestra sabiduría con el resto de pilares de la compañía.
La Dirección de Comunicación es una profesión con doble erre, Riesgo y Responsabilidad. Como si de un cirujano se tratase, quien no asuma estos dos factores, sencillamente no puede ser Dircom. No atreverse a meter el bisturí en momentos críticos, puede derivar en gangrena y esta en un agónico fallecimiento. La cobardía o el servilismo representan un grabe acto de irresponsabilidad en quienes han asumido el reto de situarse en el plano estratégico de una organización. Un Dircom cobarde, es antinatura.
Hola, To+:
Una síntesis muy acertada, que suscribo al 100%.
Lo de “Un Dircom cobarde es antinatura” me parece un eslogan perfecto.
Gracias por tu comentario, un abrazo.
Me alegro de que te gustase el eslogan, cuélgalo en la pared de nuestra asociación.
En cuanto a Samuel Martín, BRILLANTE, como el arroz pero sin socarrar. Se ve que está en la cresta de la ola. Por cierto, casi lo matas de vergüenza con la megapresentación literaria con la que le obsequiaste, pobre, no sabía donde meterse, señal de que es buena gente.
Me alegro de que me insistieras tanto para asistir, pero no te acostumbres que me estreso.
Un abrazo
Gracias, To+:
Me alegro de que te gustará la ponencia de Samuel, es una persona con una preparación intelectual envidiable.
Con la presentación tan sólo pretendía sorprenderle y sabía que desde la emoción lo tenía asegurado, al tiempo que compartir con vosotros algunos aspectos de su personalidad, que en un breve encuentro pasan desapercibidos.
Prometo no estresarte y sí aportarte, que es lo que yo aprecio de ti.
Un abrazo.
Magnífico artículo. Verdades como puños !!
Gracias por comentario tan positivo y por participar en este blog.
Un saludo.