Naturgy ha realizado este viernes con éxito la voladura controlada de la caldera de la central térmica de Anllares (León). La operación se ha llevado a cabo con las máximas medidas de seguridad, mínimo impacto ambiental y con un cumplimiento riguroso de la normativa vigente. La caldera tenía una altura de 61 metros y un peso estimado de 8.200 toneladas.
La demolición mediante esta técnica es una de las más eficientes para el desmantelamiento de este tipo de instalaciones, ya que minimiza los riesgos para los trabajadores, favorece la economía circular y contribuye a reducir el impacto ambiental, siendo la técnica elegida para desmantelar las grandes estructuras de la central térmica de Anllares.
Medidas de seguridad
En cumplimiento de las medidas de seguridad aplicables a esta voladura, se han evacuado todos los edificios y naves de la central, se ha interrumpido la circulación en la carretera en las inmediaciones de la planta y se han realizado los pertinentes avisos a las autoridades competentes, al Ayuntamiento de Páramo del Sil y a la Junta Vecinal de Anllares.
Igualmente se ha comprobado la ausencia de nidos de aves, así como de otras especies que pudieran verse afectadas. Una vez realizada la voladura, los residuos de hormigón y de la estructura metálica son recogidos a nivel del suelo. Se estima que se recuperarán 8.000 toneladas de acero y 140 de material de aislamiento que serán reciclados.
Esta central térmica es propiedad de Naturgy (66,6%) y Endesa (33,3%), comenzó a funcionar en 1982 y acumuló 36 años de operación tras su parada definitiva en diciembre de 2018. Ambos propietarios adjudicaron el contrato de desmantelamiento de la instalación a la empresa vasca Lezama Demoliciones.
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