A un 2 estrellas Michelin, la corrección, la técnica y el respeto al producto se le suponen como el valor al soldado; a un 2 estrellas le pido emoción y el Patrick Guilbaud, único restaurante con esa calificación en Dublín, te deja indiferente.
Además, los tiempos de espera entre plato y plato se dilatan en exceso, por mucho que luego quieran enmendar el error levantando al unísono la tapa de cada plato.
Lo mejor, sin duda, los postres, como el exótico y racial Coco, mango, piña y fruta de la pasión, o el sápido Chocolate negro.
En los entrantes, insípido el Maki de cangrejo real, lima, Bombay Sapphire y vainilla; más conseguido el meloso Ravioli de langosta con crema de coco.
En los platos principales, a destacar la Langosta azul, salteada con esencia de langosta y cardamomo, con puré de patata y cebollino.
El acogedor comedor se ubica en el Hotel The Merrion.