Situada en Cabezas de Alambre (Ávila), la cooperativa Colina de la Moraña fue creada en la década de los 60 para la compra y gestión colectiva de energía eléctrica en alta tensión, “y así sigue siendo, de este modo se negocia y se contrata con las diferentes compañías que hay en el mercado el mejor precio de la luz para sus socios, actualmente 40”, explica Roberto Gómez Zurdo, su presidente.
No en vano, cuenta con un gran centro de transformación con más de una veintena de equipos instalados entre los más de 30 kilómetros de líneas eléctricas repartidas por los términos municipales de Cabezas de Alambre, Donjimeno, Constanzana, Cabizuela y Pedro Rodríguez, que son su ámbito de actuación. A esto se suma su planta fotovoltaica, que se construyó durante 2020, empezó a funcionar el año pasado y tiene una capacidad de un megavatio, con la que se abastece toda la cooperativa.
Proyecto “ilusionante”
“Se trata de una iniciativa ilusionante para nosotros, aunque no ha sido fácil de llevar a cabo, pero gracias al impulso inicial de Urcacyl, al empeño de la Junta Rectora y con la inestimable ayuda de Cajamar, se ha podido desarrollar”, asegura.
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