Tras 20 años de trayectoria, Castelo de Medina inició en 2016 una nueva etapa con su adquisición por parte de un empresario con una larga trayectoria vinculada al mundo del vino. Desde entonces, las inversiones en esta bodega ubicada en Villaverde de Medina (Valladolid) y adscrita a la Denominación de Origen Rueda se centran en “incrementar aún más la calidad de los vinos, que en los últimos años han estado entre los mejores del mundo en varios concursos”, detalla Diego Burgos, director de Comunicación de Castelo de Medina, que se refiere a las designaciones como mejores de su variedad a nivel mundial de su Verdejo Joven en los años 2014, 2016 y 2017 y del Sauvignon Blanc en 2016 y 2017, entre otros.
Para ello, la compañía trabaja en la renovación de los equipos de producción y en la construcción de una depuradora. Además, tiene previsto intensificar su apuesta por el enoturismo, un ámbito al que dedicará una de las alas del edificio, una vez acondicionada con una nueva sala de catas y una tienda.
Facturación
Según explica Sara Román, directora técnica de esta bodega que facturó 2,74 millones de euros en 2017, un 8% más que el ejercicio anterior, y prevé mantener esta cifra en 2018 pese a la reducción del 25% en la producción de la pasada vendimia, una de las apuestas más destacadas en las que trabaja la bodega es la renovación del viñedo aumentando la superficie dedicada a las variedades blancas en detrimento de las tintas.
Así, de las 180 hectáreas de viñedo que posee la bodega, 100 hectáreas corresponden a verdejo, 40 a sauvignon blanc, 20 a viura, 5 a chardonnay, 5 a garnacha, 1,5 a tempranillo y 1,5 a syrah.
Su producción asciende a un millón de botellas anuales, de las que apenas 15.000 corresponden a vinos tintos. La bodega comercializa los blancos Verdejo Joven, Verdejo Vendimia Seleccionada, Verdejo Fermentado en Barrica, Sauvignon Blanc y Sauvignon Blanc Vendimia Seleccionada; el rosado Castelo Rosé; y el tinto Syté, que se elabora con syrah y tempranillo sólo los años de añadas excepcionales.
Dentro de esta política de impulso a la calidad, Castelo de Medina participa en proyectos de innovación, como es el caso de Optiblanc, una iniciativa de la que también forma parte el Centro Tecnológico del Vino (Vitec), entre otras entidades y empresas, cuyo objetivo es incrementar la vida de los vinos blancos. “Queremos mantener nuestra elaboración tradicional pero innovando”, apunta Román.
En la actualidad, el 20% de las ventas de la bodega vallisoletana procede de los mercados exteriores, sobre todo de Holanda, país que supone el 10% de la comercialización total de la empresa y el 50% de las exportaciones. Además, los vinos de Castelo de Medina llegan a Japón, Alemania y Reino Unido y, en menor medida, a Suiza, Bélgica, Dinamarca y otros destinos de Latinoamérica. “Estamos enfocando nuestros esfuerzos en EE UU, un mercado que tiene mucho potencial, y mejorar nuestra implantación en Centroeuropa”, avanza el director de Comunicación de la bodega.
Mercados estratégicos
En el ámbito nacional, los objetivos se centran en iniciar la distribución de sus vinos en las zonas donde no están presentes, como es el caso de Extremadura, e incrementar las ventas en zonas estratégicas, como las regiones del Mediterráneo, siempre a través de distribuidores y con el foco puesto en la hostelería, que es el principal canal de venta de los vinos de Castelo de Medina.
En este sentido, Burgos destaca el crecimiento de las ventas a través de su tienda online www.castelodemedina.com, que en 2017 se acercó a las 4.000 botellas vendidas, un 30% más que el año anterior.
