Su máxima siempre ha sido la calidad, una característica que ha llevado a Bodegas Ontañón a entablar una relación de más de un cuarto de siglo como interproveedor de Mercadona. No en vano, comercializa ya alrededor de 7 millones de botellas de las denominaciones Ribera del Duero y Rueda en esta cadena de distribución presidida por Juan Roig con sus marcas Abadía de Mantrús y Condado de Teón, aunque el número total de referencias que aporta a sus lineales se eleva hasta las 30.
Su presencia en Castilla y León se remonta a 2002, cuando inauguró su bodega en Fuentecén (Burgos), en la que va a realizar próximamente una inversión de un millón de euros para ampliar el espacio de elaboración y de crianza para albergar más barricas, que se suma a los otros dos millones que ha dedicado ya en los últimos años a distintas mejoras. En cuanto a la zona productora Rueda, la compañía finalizó en 2014 la construcción de su complejo vinícola en esta localidad vallisoletana al que destinó 7 millones de euros.
“Sus instalaciones son unas de las más punteras de este enclave, pues se ha utilizado la más moderna tecnología en pro de la calidad del vino”, explica Raquel Pérez Cuevas, directora de Relaciones Externas de Ontañón, que tiene presencia, además de en las citadas denominaciones de origen, en las de La Rioja y Navarra.
Casi 50 millones de facturación
“Rueda triangula las 3 importantes R de Ontañón: Rioja, Ribera y Rueda, todas ellas en el paralelo 42 y todas con viñas en propiedad situadas entre 600 y 800 metros de altitud, pero bañadas por un clima diferente”, puntualiza esta representante de la compañía, que trabaja con más de 150 viticultores y también con cooperativas desde hace más de una década y que dirige junto a sus hermanos Leticia, Rubén y María. Su facturación ronda los 50 millones, de los que alrededor del 15% procede de Europa y EE UU, y tiene una plantilla de un centenar de empleados.
En este contexto se enmarca la renovación anual de su parque de barricas, así como la adquisición de viñedo en las cuatro zonas vitivinícolas en las que elabora sus vinos.
Investigación
A esto hay que añadir los proyectos de investigación en los que la bodega está inmersa, centrados por un lado en el riego localizado, la teledetección de estrés hídrico y enfermedades de la vid, vuelos con drones y aplicaciones vitícolas para smartphones; y, por otro, dentro de las instalaciones, en depósitos inteligentes y control de microoxigenación en la elaboración y embotellado, entre otras.
