Aunque desde aquel primer Corimbo 2009 con el que se estrenara, Bodegas La Horra ha sido fiel a su filosofía de mantener un suelo “vivo y poco intervenido” con prácticas ecológicas en sus viñedos, 2020 es la primera añada certificada oficialmente e identificada como tal en su etiqueta. “Hemos trabajado en Ribera del Duero desde el inicio como ecológico: sin herbicidas, sin productos de síntesis química, ni en abonados ni en tratamientos, pero han de pasar 3 años desde que te inscribes en el Consejo Regulador de Agricultura Ecológica para que el viñedo pase de ser convencional a eco. Y ésta es la primera añada en la que podemos señalarlo en etiqueta”, explica Agustín Santolaya, director general de Bodegas La Horra. Así, la empresa vinícola presenta la nueva añada de Corimbo 2020, un vino que representa “fielmente al paisaje y a la tinta fina en esta zona de la Ribera del Duero burgalesa que enamoró a Bodegas Roda cuando se decidió a apostar por estos pagos“.
Corimbo 2020 recoge la riqueza de unos suelos “en simbiosis con la naturaleza. Refleja una Ribera más frutal y elegante, donde la crianza en barrica durante 14 meses acompaña, pero no enmascara”, sostiene Santolaya.
Diseño y productividad
Bodegas La Horra inició su andadura en 2009, de la mano de Bodegas Roda y los hermanos Pedro y Pablo Balbás. En esa primera fase se construyó la nave de elaboración para vinificar las primeras añadas. En una segunda fase, finalizada en 2015, se construyó la zona de crianza y el botellero. En 2023 se inició la tercera y última fase, centrada en la construcción de la nueva bodega, diseñada por Carme Pinós, junto al Grupo Roda, bajo criterios de sostenibilidad e integrada en el paisaje. La bodega será “un diálogo entre diseño y productividad, integrada entre un pinar y un viñedo vanguardista plantado en Key line, sistema de plantación basado en la agricultura regenerativa cuyo objetivo es evitar que el agua de lluvia se encauce erosionando el suelo y provocando su pérdida. El Key line hace que un viñedo tenga 3 cosechas cada año, una de uva, otra de agua y una tercera de suelo”, detalla el director general de Bodegas La Horra.
El I+D+i es una de sus ámbitos destacados pues el equipo técnico de la bodega está inmerso en un proyecto europeo de selección de material vegetal de tempranillo de Ribera del Duero, en el que se trabajará en los próximos años para determinar cuáles son los que mejor se adaptarán a las condiciones climáticas y necesidades vitícolas del futuro.
Exportaciones
El foco de Bodegas La Horra está en el viñedo, el cual se cultiva “con el máximo respeto por el medio ambiente, siguiendo las líneas de la viticultura ecológica”. Se elaboran 2 vinos en paralelo: Corimbo, a partir de viñedos ecológicos de más de 30 años de media, y Corimbo I, procedente de cepas de más de 70 años con rendimientos muy bajos. Con la construcción de la nueva bodega el objetivo es crecer hasta llegar a una producción máxima de 300.000 botellas entre ambas referencias. En la actualidad, los vinos de Bodegas La Horra se venden en más de 50 países al exportar cerca de la mitad de su producción.
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