Bodegas El Inicio, con sede al abrigo del Castillo de Peñafiel (Valladolid), abrió sus puertas en 2013, pero sus primeros pasos se gestaron en 2007. A la sazón, los 3 socios que integran el proyecto, Alfonso Velasco, Ángel Luis Margüello y Luis Álvarez, trabajaban desde su constitución en Real Sitio de Ventosilla (PradoRey), donde cada uno se ocupaba de un área. Surgió la amistad y descubrieron que formaban un equipo “ideal para avanzar en nuestra vida profesional y arriesgarnos a crear nuestros propio proyecto enológico”, rememora Velasco, director gerente de Bodegas El Inicio, Red Bottle International y RedLab Spain, las 3 sociedades que integran el grupo.
La coyuntura económica provocó que las decisiones se tomaran con cautela, de ahí que en una primera fase no se invirtiera en instalaciones, sino en elaborar vinos con marca propia en bodegas a las que asesoran comercial y enológicamente mediante Red Bottle International, lo que permitió a estos emprendedores elegir la uva, el depósito, la barrica y todo el material y proceso de elaboración. A finales de 2012, los socios decidieron que había llegado el momento de construir una pequeña bodega para elaborar sus vinos, “y sobre todo desarrollar los proyectos de I+D+i que necesitamos para poder seguir siendo innovadores”.
Consultoría industrial
Bodegas El Inicio no es una empresa vitivinícola al uso. De hecho, su gerente asegura que es “tan particular, que me atrevería a decir que es casi única, puesto que compagina varias líneas de negocio, que van desde la consultoría industrial, enológica y de gestión de bodegas, hasta la elaboración y comercialización de vinos, pasando por el estricto y avanzado control analítico, gracias esto último a nuestra sociedad Redlab Spain”.
Velasco señala que el objetivo es “aplicar un modelo de control de costes, optimizar recursos humanos y económicos, rentabilizar el know how y no sólo dentro de nuestra empresa, sino también de cara a nuestros clientes. Aplicamos el modelo americano win-win, en el que nuestros clientes se convierten en proveedores en muchos casos, obteniendo una rentabilidad directa por contratarnos. Así, crecemos juntos”.
Evitar gastos superfluos
El ejecutivo señala que en la elaboración de sus vinos “no caemos en gastos superfluos, como instalaciones mastodónticas o sobredimensionadas, que no aportan calidad en los procesos y podemos ser más competitivos en el mercado y ofrecer vinos, con excelente relación calidad-precio”. La compañía elabora vinos de Ribera del Duero, bajo las marcas Admiración Selección Especial y Rivendel, en este caso, roble y crianza; Jumilla (Casper Roble); Rueda (Pluma Blanca) y Rías Baixas (Elas).
Además, en 2015 desarrolla 2 nuevos proyectos: Vis a Vis, un frizzante verdejo de Rueda; y Pluma Rosé, de Ribera del Duero, productos innovadores con los que pretende acercar a la gente joven al mundo del vino, “pero escuchando los que estos quieren, y no imponiéndoles lo que deben beber y opinar sobre un producto que encorseta demasiado. Nuestro objetivo a largo plazo es cambiar los estándares del vino que priman en la actualidad y que nos conducen a un consumo per cápita lamentable en España. No hacemos el vino que queremos y luego tratar que el mercado lo acepte, sino al revés, escuchamos lo que dice el consumidor, y nuestra agilidad hace el resto”, precisa Velasco.
En 2014, la empresa comercializó 205.000 botellas, con una exportación del 20%, principalmente a Suiza, México, Alemania y Polonia. Este año prevé crecer un 30% y alcanzar las 60.000 en el exterior.
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