Bodegas de Alberto es una empresa familiar con 7 décadas de historia y 5 generaciones dedicadas a este negocio; y también con unos antepasados indirectos, los Dominicos. Esta afirmación bien merece una explicación. La bodega se ubica en Serrada (Valladolid), en una antigua casa de labranza, y fue fundada por la Orden Religiosa de los Dominicos nada menos que en el siglo XVII.
En 1836, como consecuencia de la Desamortización de Mendizábal, la bodega pasó a manos privadas, si bien tuvo que transcurrir algo más de un siglo hasta que en 1941 fuera adquirida por la actual familia propietaria, en concreto por Alberto Gutiérrez, fundador de la actual empresa, junto con sus hijos, Dalmacio, José y Alberto.
Sus orígenes, que datan de 1657, la sitúan como una de las bodegas más antiguas de la Denominación de Origen Rueda. Sus galerías subterráneas, con más de 1 kilómetro de longitud, sustentadas por grandes bóvedas de cañón hechas de ladrillo, constituyen un auténtico laberinto.
Incorfomismo
La calidad y el inconformismo son, a juicio de Carmen San Martín, directora gerente de la bodega, las claves de esta empresa. “Ambos pilares nos llevan a estar en constante mejora para irnos adaptando a los nuevos tiempos y consumidores. Por ello, Bodegas De Alberto siempre ha apostado por las nuevas prácticas de viticultura y enología, pero sin renunciar a sus orígenes”. Prueba de ello es que, como afirman sus responsables, es la única bodega que elabora bajo el método tradicional el Dorado con damajuanas y soleras, un vino histórico de la Denominación de Origen Rueda que esta empresa produce desde sus orígenes “de forma ininterrumpida y que nos diferencia del resto de bodegas”. Así como también que continúe elaborando en esa zona vallisoletana con variedades tintas, como la tempranillo y la cabernet sauvignon.
Hijos de Alberto cuenta con una amplia gama de vinos en el mercado, que van desde un verdejo ecológico de Rueda hasta un tinto con 18 meses de barrica, pasando por los modernos frizzantes. La bodega apuesta por los vinos del segmento premium, con reducidas producciones de alta calidad. La marca más afamada de la firma es De Alberto, compuesta por un vino 100% verdejo vendimia seleccionada con crianza sobre lías; un 100% verdejo ecológico, y De Alberto Dorado, que ha obtenido Gran Medalla de Oro de Bruselas y es el mejor puntuado de la Denominación de Origen Rueda en la Guía Peñín 2017. Además, en próximas fechas se incorporará un 100% verdejo fermentado en barrica.
En 2016 la bodega alcanzó una cifra récord de ventas de casi siete millones, con un alza estimado para 2017 del 5%. Para este año el principal objetivo es potenciar la exportación, que en la actualidad alcanza el 10% del total producido, con el reto de duplicar este porcentaje. EE UU y Japón son los dos mercados prioritarios en los que los responsables de Hijos de Alberto llevan dos años y medio trabajando.
Inversión
Con 15 millones de litros de capacidad y un parque de 576 barricas de roble francés y americano, ha destinado recientemente una inversión de 1,2 millones de euros para mejorar el proceso productivo. Destaca además su singular parque de damajuanas, que son garrafas de vidrio de 16 litros de capacidad, expuestas al sol para la elaboración del Dorado.
