Un largo capó, capota de lona y ruedas traseras motrices; esta nueva tercera generación del Z4 no traiciona el auténtico espíritu roadster. La primera, nacida en 2003, se declinaba en 2 carrocerías: descapotable con techo de lona, y coupé, como su predecesor el Z3. La segunda era un 2 en 1: un descapotable de techo duro retráctil. Y esta tercera solo está disponible con techo de lona de 4 capas que nos asegura un perfecto aislamiento. El techo de lona, a parte del carácter más clásico, nos ofrece como importante ventaja que no varía el tamaño de su maletero, con 281 litros.
El segundo punto destacable del Z4 es el cambio de proporciones. No sólo ha crecido 8,5 centímetros de largo hasta alcanzar los 4,32 metros, sino que es nada menos que 7,4 centímetros más ancho hasta los 1,86 metros, lo que le permite unas vías muy anchas.
Especificaciones
En cuanto a motores, ofrece un nuevo 4 cilindros de 2 litros en variantes de 197 CV y 258 CV o un 6 cilindros de 3 litros y 340 CV del Z4 M40i. En nuestro caso hemos conducido la versión intermedia de 258 CV.
En 10 segundos se pliega la capota (la maniobra se puede realizar hasta 50 km/h). Los asientos son muy cómodos, sujetan el cuerpo y la postura de conducción resulta perfecta. El parabrisas muy inclinado reduce la sensación de ir en un descapotable, pero a cambio los movimientos del aire son razonables y poco ruidosos, incluso en autopista. Ante nuestros ojos, el sistema BMW Live Cockpit Professional ofrece gráficos personalizables para el panel de instrumentos y la pantalla de control totalmente digitales.
El motor de 258 CV empuja más que suficiente. La posición centrada de los asientos, el bajo centro de gravedad y la distribución ideal 50:50 del peso son otros factores que contribuyen a elevar el placer. Y en cuanto al comportamiento del conjunto del chasis, muestra una enorme rigidez, inesperada en un descapotable
Satisfacción
De serie tenemos la dirección deportiva variable, tanto en asistencia eléctrica como en el ángulo de dirección, que se adapta a cualquier trazado.
Pero, en realidad, no vamos a realizar un tramo de rallye, sino a afrontar una escapada al descubierto y el Z4 nos ofrece una plena satisfacción en cuanto a sensaciones tanto en el asiento del conductor como del acompañante, en este interior irreprochable en calidad en materiales, acabados y buen gusto. Un roadster para disfrutar como sólo en un coche de este tipo se puede, con sensación total de libertad. Pero además, y en esto el nuevo Z4 se sale de lo habitual en un roadster, sin sacrificar comodidad y sin que el paso de los kilómetros en un viaje largo nos haga sufrir.
Santiago de Garnica
