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La mancha roja

Por: Alberto Cagigas
Pantallazo

Observe bien esa vasta mancha roja sobre el territorio de España. Es enorme, desmesurada, colosal. Fíjese bien en sus fronteras limítrofes con territorios tan distantes y diferentes, que acogen a pueblos con diversas idiosincrasias: los orgullosos pueblos del norte, los melancólicos lusos envueltos en la niebla de la saudade, los venturosos riojanos, los enérgicos aragoneses, los errantes manchegos, los olvidados extremeños y los pujantes madrileños. Y en medio de ellos, la desmedida mancha roja, que abarca universos bien dispares en paisajes y mentalidades: El Bierzo, Tierra de Campos, la montaña palentina, la mediterránea Arribes del Duero, la deshabitada Soria rural, la majestuosa Sierra de Gredos, las variopintas Merindades o el tecnológico pinar de Boecillo.

Instrumentos políticos y propagandísticos

Los mapas, pese a Google Maps, no son sólo una ruta que une A con B, sino que son instrumentos que nos ayudan a entender nuestro entorno, y por extensión, nuestro planeta. Los mapas no sólo pretenden representar el mundo en el que vivimos, sino que también tienen una función administrativa, social, militar, política y propagandística. Por ejemplo, si tiene en la pared un mapamundi, verá que el centro azulado del Atlántico está enmarcado por América a un lado y Europa y África al otro. Tire ese papel, salvo que tenga calidad artística, porque está completamente caducado al responder a una visión europea de la realidad. El nuevo mapamundi tiene como eje el Pacífico y a un lado se encuentra América y al otro Asia, mientras que Europa queda orillada en un extremo. Si no realiza ese cambio, no entenderá nada de la transformación producida en el mundo y la que en estos momentos se está cuajando a toda velocidad. O tal vez es mejor que conserve colgada esa vetusta representación, porque la fascinación de los mapas deriva de su necesaria falta de veracidad, que nos obligan a suspender temporalmente nuestra incredulidad para adaptarnos a su sesgada interpretación.

Inmensidad

Regresemos a la mancha roja. Vuelve a sorprender su inmensidad, que lastra su desarrollo: ¿cómo mejorar la calidad de vida de unos ciudadanos tan dispersos?, ¿cómo optimizar los menguantes recursos?, ¿cómo priorizar las inversiones en infraestructuras en unas zonas sobre otras?, ¿cómo garantizar servicios sociales básicos como educación o sanidad?, ¿cómo atender a sus pobladores periféricos?, ¿cómo ilusionar a sus descreídos moradores por un proyecto común de sociedad?, ¿cómo impulsar su vitalidad económica?, ¿cómo cohesionar comarcas tan heterogéneas?, ¿cómo mantener su opulento patrimonio en una empobrecida tierra?, ¿cómo repoblar sus comarcas desérticas?. Pero la mancha roja es muy generosa, no guarda rencor, y engulle planes y planes dispersados en la vorágine de la historia. Vuelva a mirar la mancha roja, repase con calma sus líneas fronterizas y después centre su mirada hacia su inabordable interior, sólo así comprenderá, en toda su extensión, los retos de Castilla y León.

5 comentarios

  1. Castilla y León es una región tan grande que abarca muchas realidades y no tienen que ver los problemas de la gente que vive en las ciudades con los de la que vive en los pequeños pueblos, muchos de los cuales van a desaparecer en los próximos años.

  2. Alberto,

    Tenemos por delante una tarea de titanes. Y digo tenemos porque, como has cometado en innumerables ocasiones en tus editoriales en la Castilla y León Económica, esa tarea es una tarea de la sociedad (administraciones, políticos, empresas, agentes sociales y… pueblo llano).

    Cualquiera de las preguntas que nos haces en tu post daría para varios años. De hecho algunas nos llevan preocupando desde hace mucho mucho tiempo.

    Vivimos en la tercera región más extensa de Europa, y una de las más despobladas (de memoria me suena que estamos por los 27 hab/km2). Hay asuntos, como el de la desaparición de muchos de nuestros pueblos que comenta el anónimo de más abajo, que me parece que no tienen solución. Llega pues el momento de priorizar, de definir líneas para el futuro. Algunas de ellas nos las apuntas de forma periódica (ahora seguro que nos las acercarás también por aquí), ¿alguien más se anima a mojarse?.

    Muchas gracias y enhorabuena por la iniciativa de crear este portal, que me parece útil y necesario para saber de lo mucho y bueno que tenemos en esta comunidad.

    Prudencio Herrero
    Fundación para la Excelencia

  3. Muy bueno, Alberto, esto de la mancha roja. Lo mismo que los “catalanes” tienen su hecho diferencial en su idioma, Castilla y León lo tiene en su extensión geográfica. El discurso de la vertebración queda muy bien, pero económicamente es una ruina. ¿Algún valiente que se atreva de verdad a poner los “los puntos sobre las ies”?

    1. Errantes son los miles de manchegos que a lo largo de la historia emigraron a otras tierras para labrarse un futuro -de eso también sabemos en estos lares- y errante es el personaje manchego más universal, salido de la pluma de Cervantes.

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