Para BBVA, la sostenibilidad es una prioridad estratégica. “La lucha contra el cambio climático es un enorme reto que queremos afrontar acompañando a nuestros clientes y a la sociedad en general en la transición hacia un futuro más sostenible. Para lograrlo, nos fijamos en 2018 la meta de movilizar 100.000 millones en financiación sostenible hasta 2025, en 2021 ampliamos a 200.000 millones y el pasado 11 de octubre anunciamos que aumentábamos nuestro objetivo hasta los 300.000 millones, triplicando así el compromiso inicial, y de los cuales ya se han canalizado 112.000 millones”, explica Marta Alonso, directora territorial de BBVA Noroeste, que incluye Castilla y León, Galicia y Asturias, quien reconoce que este desafío no es nuevo para la entidad, que busca contribuir a alcanzar la descarbonización de la economía en 2050. Precisamente, la comunidad autónoma es una gran productora de energía sostenible “y debemos ser capaces de aprovecharla”.
No en vano, su papel como banco va más allá de conceder financiación y ofrecer productos financieros adecuados a cada tipo de cliente. “El acompañamiento en todo el proceso es esencial para proporcionar una experiencia completa que incluye desde analizar las necesidades, plantear la alternativa, gestionar y anticipar las subvenciones y brindar la financiación necesaria a la instalación del producto final”, puntualiza.
Transición
A su juicio, los negocios que están inmersos en esa transición hacia un modelo de producción más sostenible deben poner el foco en 3 vectores de crecimiento, como son el autoconsumo mediante la instalación de fuentes propias de energía renovable; la eficiencia energética, con una apuesta por el cambio a sistemas que permitan el ahorro en el consumo cotidiano con el uso, por ejemplo, de leds; y la movilidad sostenible, con el paso al vehículo eléctrico. En este sentido, Alonso reconoce el trabajo de las empresas de Castilla y León como pilar fundamental en el desarrollo económico de la región. “De hecho, nuestra entidad ha crecido especialmente en este segmento, con más de 540 millones de euros de nueva financiación entre enero y agosto, un 45% más que en los ocho primeros meses de 2021”, destaca la directora territorial. Además, en el perfil de compañías con facturaciones inferiores a los cinco millones de euros ha incrementado un 4% el número de clientes.
Acompañar a los clientes en este periplo requiere de cualificación específica por parte de los equipos. Tanto es así, que en la actualidad el 80% de la plantilla de BBVA ha recibido formación específica en materia de sostenibilidad. “La entidad imparte conocimientos generales a toda la plantilla en este campo y ha desplegado diferentes itinerarios formativos concretos y certificaciones específicas para ampliarlos en los puestos que lo precisen”, apunta Alonso.
Junto a la sostenibilidad, la transformación digital es otro eje transversal para la entidad de cara a conseguir el desarrollo y el crecimiento empresarial. Un ejemplo en el que conjuga ambos es su calculadora de la huella de carbono, que facilita información sobre el impacto que tiene la actividad diaria en las emisiones de CO2 para reducir su huella y obtener un mejor ahorro energético. “Fuimos el primer banco del mundo en lanzar esta funcionalidad con el objetivo de informar y concienciar a los clientes sobre el impacto que tienen sus acciones sobre el medio ambiente y ayudarles en la transición hacia un mundo más sostenible. Más de un millón de clientes en España han consultado ya información en esta app”, asegura la directora territorial de BBVA Noroeste.
Herramienta digital
En este sentido destaca también BBVA Valora Coches, una herramienta digital con la que cualquier persona puede conocer el precio estimado de un vehículo de segunda mano, pero además, y gracias a los movimientos categorizados de cada cliente (gastos de combustible, peajes o impuestos, entre otros), ofrece una estimación del ahorro que supondría optar por un vehículo eléctrico frente a uno de combustión.
A esto se suma la importancia de la colaboración público-privada. “Las empresas desempeñan un papel clave a la hora de acompañar al cliente hacia una transición ecológica, dándole las mejores soluciones o productos y ofreciéndole el mejor asesoramiento. Es importante también la colaboración entre el tejido productivo y las instituciones públicas para cambiar la manera de trabajar, producir y consumir, tanto del cliente como de los propios empleados; un camino que no siempre se puede recorrer en solitario. Por ejemplo, en BBVA, muchos de los productos, soluciones y propuestas de valor en términos de sostenibilidad que se ofrecen vienen de la mano de acuerdos con otras compañías o socios estratégicos. Además, en la actual coyuntura geopolítica, marcada por el conflicto en Ucrania, la crisis energética y la alta inflación, es prioritario que todos los actores sociales se comprometan con la apuesta por modelos económicos e industriales sostenibles”, apunta la directiva. BBVA en 2021 se sumó a la alianza bancaria de cero emisiones netas promovida por Naciones Unidas. Ya desde 2020 es neutra en emisiones directas de CO2 “y mantenemos el compromiso de serlo también en las indirectas en 2050”.
Más información en el número de noviembre de la revista Castilla y León Económica