Quizás la característica más destacable de las exportaciones de Castilla y León sea el enorme peso del sector de automoción. Con las plantas de Renault, Michelin, Nissan e Iveco y los innumerables suministradores de componentes de automoción de todo tipo establecidos en la comunidad autónoma, las exportaciones de vehículos y componentes representaron en el año 2009 un total de 4.950 millones, frente a 4.500 millones del resto de los productos. Mientras que las exportaciones de productos de automoción han ido cayendo a lo largo de la década, las exportaciones de otro tipo de productos han ido creciendo, un desarrollo claramente positivo. En el año 2000 el sector del automóvil representó el 71% de nuestras exportaciones pasando al 51% en el 2009.
La segunda característica de la exportación de la comunidad es la enorme concentración en un número muy reducido de empresas. El 65% de la exportación de la comunidad está realizado por menos de diez empresas. En el año 2009, las seis primeras empresas exportadoras de la región, todas ellas de capital extranjero, concentraron el 56% de las exportaciones de Castilla y León.
La conclusión parece clara: debemos centrar nuestros esfuerzos de apoyo a la internacionalización en las empresas de los sectores alternativos, como bienes de consumo y agros , sin olvidar el sector genérico de servicios, cuyas cifras no aparecen en este ranking de exportación de bienes.
Sabía que Castilla y León dependía mucho del sector Automoción en su capítulo de exportaciones, pero desconocía estos datos tan significativos, como que el 65% de la exportación está en manos de diez empresas. Estas cifras ponen de manifiesto que el reto de abordar los mercados exteriores por parte de la clase empresarial regional todavía no se ha acometido con fuerza.
Es necesario impulsarlo como está haciendo la Junta y las Cámaras de Comercio, pero también es preciso arriesgarse y sondear los mercados para ver cuáles son los que pueden demandar nuestros productos.
En ello estamos/están mis colegas de las Oficinas comerciales en los más de 80 países en los que tenemos presencia.
Pero una vez más el gran esfeurzo han de hacerlo las empresas. En este tema tambien hay buenos y malos (como dice mi blogmate” Eduardo) y los que hacen bien las cosas, paso a paso, con la mirada puesta en el horizonte a medio plazo, se encuentran con las dificualtades propias del mercado nuevo y “con los palos en las ruedas” que han puesto los “malos” dejando tras de sí un reguero de mala imagen y falta de profesionalidad. Pero yo , tambien tengo plena confianza de que acabaran ganando los buenos.ISABEL