Parece que sólo al fallecer algunos reciben el reconocimiento justo. En las universidades, en las escuelas de negocio, en las convenciones, etc. nos suelen hablar de los liderazgos de libro. Pero no hay mejor clase que el propio ejemplo. Permítanme compartir con ustedes algunas lecciones que Don Luis Aragonés ha ofrecido en el campo de la gestión de equipos y del coaching, seguramente sin pretenderlo.
1-. Pasión por el trabajo bien hecho. Si no te gusta lo que haces, es difícil que seas capaz de transmitirlo a tu equipo. Esto se nota, te lo notan. No hay nada que hacer. Otra cosa será poder pero no autoridad.
2-. Largo plazo. Los objetivos han de ser claros; los hitos a corto plazo, (el partido a partido) son importantes pero siempre con la misión de ganar un campeonato. Casi igual que las práctica cortoplacistas de muchas empresas que basan el éxito de los equipos en lo que son capaces de conseguir de un día para otro. El trabajo día a día es el que vale, no los bonus artificiales que no generan implicación en los proyectos.
3-. Transparencia. El equipo agradece y valora una buena comunicación. Es indispensable, guste o no, conocer del director de los equipos lo que piensa y espera de cada uno de sus colaboradores. “Si está conmigo, yo estaré con usted”, solía decir.
4-. Humildad. Una posición de jerarquía en superioridad no debe confundirse con un trato injusto. Tampoco los éxitos alcanzados deben nublar los orígenes y valores que ayudaron a alcanzarlos.
5-. Convivencia con la presión. Creer en la misión supone tomar decisiones que pueden no gustar a todos. Pero siempre que se tomen en pro del interés general del equipo y se expliquen, esas decisiones acabarán siendo acertadas. Recordemos la decisión de olvidar a Raúl.
6-. La importancia de los detalles. Muchos profesionales trabajan bien pero muy pocos cuidan los detalles. Lo que hace diferente al líder es el detalle. Aragonés conocía el nombre de los jueces de línea.
7-. Humor. Lo más importante y lo más difícil del líder. Dirigir equipos no está reñido con el humor. La seriedad y la convicción no son antónimos de comprensión y distensión. Un discurso creíble adornado con una sonrisa lo hace aún más fuerte.
Yo tuve la ocasión de conversar con Don Luis en el aeropuerto de Kiev hace año y medio, tras el triunfo de España ante Italia. “Usted fue el que empezó todo”. Me respondió: “No, no, los jugadores, todo es mérito de los jugadores”. Otra lección más.
Muy conciso, muy ilustrativo y muy humano.
Gracias eduardo. Todos somos un poco Luis Aragones
Este hombre era un lider nato y es algo que comentaba con un amigo el otro día ¿han esperado a su muerte para reconocerle su labor?
A personas como este señor es a quien se debería estudiar en esos insulsos, sobrevalorados y llena-CVs masters. Pero sobre todas las cosas, su perfil es lo que se debería exigir a aquellos que buscan ocupar puestos de responsabilidad en este país.
Eduardo, “pleno al 15”, “claro y en botella” lo que has trasmitido de Liderazgo y Coaching.
El ejemplo, imprescindible, y junto a ello la comprensión, las ganas y la necesidad de cambio, es lo más complicado para ese cambio de hábitos en el mundo organizacional.
ENHORABUENA
Estimado Jesús, gracias por tu aportación. Sin duda hay veces que en lo sencillo encuentras la lecciónj. Ahí estaba Aragonés. Saludos