Este sábado 19 de noviembre se conmemora el Día Mundial del Saneamiento, una celebración impulsada por Naciones Unidas con el objetivo de concienciar a la sociedad sobre la importancia del saneamiento y que este año lleva por lema Hacer visible lo invisible. En este sentido, Aquona, comprometida con el saneamiento de calidad, gestiona en Castilla y León y en Castilla-La Mancha un total de 73 plantas depuradoras que durante el año 2021 trataron más de 45 hectómetros cúbicos.
Para hacer frente al desafío climático y hacer más sostenible todo el proceso, la compañía ha impulsado la evolución de las depuradoras tradicionales en biofactorías, un nuevo concepto basado en la economía circular. Estas instalaciones regeneran el agua que tratan, lo que permite su reutilización en nuevos usos, como el riego de zonas verdes o la agricultura. Además, mediante sistemas de tratamiento avanzado, valorizan todos los residuos generados durante la depuración y se autoabastecen de energía.
Biofactoría de Palencia, planta referente
En Castilla y León la planta referente es la biofactoría de Palencia. La estación depuradora de aguas residuales palentina ha alcanzado ya una tasa del 54% de autoabastecimiento de energía, además de reutilizar el agua depurada para el riego de jardines y los lodos y las grasas generadas en el proceso de depuración.
Uso inadecuado del inodoro
Precisamente, la transformación de los lodos obtenidos en el proceso de depuración en productos de alto valor añadido para la industria es uno de los objetivos del proyecto europeo Interreg Ecoval. Cetaqua, el centro tecnológico del grupo de empresas a que Aquona pertenece, lidera este proyecto en el que participan la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento de Palencia y la propia Aquona, entre otros socios.
De igual modo, con motivo del Día Mundial de Saneamiento, no hay que olvidar la importancia de no tirar residuos por el inodoro, como colillas, aceite, productos para el cuidado personal (toallitas higiénicas, pañales, bastoncillos o discos desmaquillantes) ni medicamentos. Sin duda, supone un mal hábito que trae consigo no sólo una costosa factura económica, sino también medioambiental. Además, desechar este tipo de productos por el váter puede producir el atasco de tuberías. El impacto de usar el retrete como cubo de basura conlleva a que muchos residuos puedan acabar en ríos y mares, degradado el medio ambiente y poniendo en peligro el ecosistema. Imaginar la ciudad del futuro pasa por hacer más sostenibles todos los servicios, empezando por algo tan esencial como es el saneamiento de agua.
Castilla y León Económica