Aquellos maravillosos emprendedores III – Miguel García-Abril

Por: Carlos Martín Tobalina
Miguel García Abril ideó la integración vertical del negocio de comestibles.
El origen de proyectos empresariales como El Árbol está en el trabajo de la segunda generación de una de las familias de empresarios referentes en Castilla y León.

Les confieso que hay pocos ejercicios tan gratificantes como investigar mínimamente la historia de nuestros grandes empresarios que con su pasión han ideado, definido, iniciado y ejecutado proyectos empresariales generadores de prosperidad, riqueza, empleo. Creo que es de obligado cumplimiento para las instituciones económicas poner en valor y reconocer el talento de todos estos ilustres personajes de nuestra historia empresarial.

En este capítulo de los grandes emprendedores de Castilla y León, quisiera llamar la atención sobre el vínculo, en ocasiones olvidado, entre el desarrollo de la industria del café palentina, la gran distribución de la alimentación regional y la hostelería en su versión más vanguardista durante buena parte del siglo XX.

Hoy, todas estas actividades a las que hago alusión son generadoras de actividad y empleo en Castilla y León. La industria cafetera palentina emplea entre sus dos grandes fábricas –Prosol y Seda– a más de 400 personas. El extinto Grupo El Árbol ha llegado a emplear a cerca de 7.000 trabajadores hasta su reciente adquisición por Dia. En el origen de estos proyectos empresariales, aparentemente tan dispares, está el trabajo de la segunda generación de una de las familias de empresarios referentes en Castilla y León.

Coloniales y ultramarinos
 
La familia García-Abril se ha construido sobre el pilar del matrimonio de don Mariano García-Abril y doña Socorro González, ambos procedentes de familias ligadas desde principios del siglo pasado a los sectores de comercio de coloniales y ultramarinos en Valladolid. La familia fue capaz de desarrollar una próspera cadena de comercio de comestibles desde inicios del siglo XX en la misma ciudad.

El negocio de comestibles que don Mariano había iniciado en la calle Regalado tuvo su natural evolución en el trabajo desarrollado por sus 4 hijos. Este tradicional comercio fue evolucionando hacia una idea integradora de valor empresarial generadora de un gran volumen de empleo. Para entender la evolución y giro que dio este próspero y tradicional negocio, y a riesgo de poder parecer injusto con el resto, debemos acudir a la figura del mayor de los hermanos García-Abril, Miguel (1907-1992).

Cuentan de él que era un torrente de ideas y talento al servicio de sus  proyectos familiares. Dotado de una inteligencia e intuición propia de los emprendedores elegidos y de un liderazgo natural soportado por un carácter muy afable, don Miguel solía contar a sus más allegados y familiares que la única Universidad a la que accedió para moldear sus aptitudes fue la escoba con la que tuvo que barrer miles de veces el almacén de su padre.

Sin embargo, como cualquier superdotado para el emprendimiento, cada minuto que barría, Miguel debía abrir la tapadera de su inconsciente torrente creativo para dejar que fluyeran ideas sobre cómo innovar y modernizar el negocio tradicional de sus padres. Las horas que el mayor de los hermanos García-Abril pasó trabajando y empapándose de la filosofía del negocio familiar unido a su ADN de empresario emprendedor, sirvieron para forjar el carácter de uno de los grandes personajes de la historia de empresarios castellanos y leoneses. 

Curioso y perfeccionista

Miguel García-Abril era un empresario curioso y perfeccionista en su idea de negocio, así que arrastrado por esa innata curiosidad natural por explorar y aprender de aquellos mercados más desarrollados, viajó a lugares donde pudo importar y adaptar ideas para el negocio familiar. De ese particular benchmarking, Miguel García-Abril ideó con su familia la integración vertical aguas abajo del negocio de comestibles, agregando a la actividad comercial del negocio familiar de comestibles, la actividad productiva para controlar más y mejor la cadena de valor, para ligar a su conocimiento del mercado la posibilidad de controlar la producción que debe abastecer al mismo.

Tal y como hemos visto en la historia de otros emprendedores como Santiveri, se produce un fenómeno de integración vertical del negocio aguas abajo, pasando de la práctica comercial a la industrial. En este caso, la familia García-Abril toma la decisión de tostar café en las naves que lindan con la parte sur del Arco de Ladrillo, agregando así más valor a su negocio y creando una marca que serviría como referente en el mundo del comercio de alimentos.

Tal y como nos cuenta José Miguel Ortega en su maravilloso libro Viejos cafés de Valladolid, fue a mediados de la década de los años 30 cuando la familia García-Abril toma la decisión de invertir en un tostadero de cafés y crear una marca propia, Cafés Nº12, marca con la que hemos venido conviviendo tantas y tantas generaciones del mismo entorno territorial. En el mencionado –y recomendable- libro, José Miguel nos descifra el origen del nombre –Cafés Nº12- por la mezcla de 12 variedades de cafés de todo el mundo empleados para la fabricación de un tipo de café único y muy valorado. Los García-Abril buscaban así la excelencia y diferenciación de un producto que creara marca y agregara valor a todo su negocio.

El proyecto de integración y agregación de valor seguía vigente en la estrategia de este emprendedor, y en el año 57 inicia un nuevo proyecto industrial que consolida gran parte de su obra y la de su familia.

De vender café y otros productos, a tostar y vender café, y de tostar y vender café, a fabricar soluble y descafeinado en una nueva fábrica en Palencia. Un sagaz ejercicio de integración en la cadena de valor del negocio para ganar márgenes, controlar el producto y dotarse de una marca diferencial que poder defender en el mercado.

Reto de futuro

El segmento del café descafeinado suponía un gran reto de futuro con muchas posibilidades. En la órbita de este empresario, sólo cabía seguir avanzando en su proyecto de integración, así que en una brillante decisión, buscó y encontró una colaboración única en un profesional que fue clave en el futuro de la industria del café en Palencia, Don Juan Cruz, químico palentino que junto con la visión empresarial y emprendedora de Miguel García-Abril y sus hermanos, iniciaron el proyecto Seda Solubles en Palencia, la primera fábrica de España que inicia el camino de la producción de solubles, antes que cualquier otra multinacional en España. 

Seda marca toda una tendencia y alumbra el camino de otros productores de café. Años más tarde, Seda Solubles sería adquirida por la banca francesa BNP y posteriormente por la familia Serrano hasta la última adquisición de la fábrica por parte de un fondo de inversiones asiático –OLAM-.

De la experiencia y trabajo de Seda, surgen iniciativas empresariales desarrolladas en fechas más contemporáneas por brillantes emprendedores-empresarios como Rocío Hervella y sus socios de Prosol, una de las innovadoras realidades industriales de las que esta región se debe sentir más orgullosa. 

Hoy, todos estos proyectos empresariales son realidades distintas a las concebidas por la familia García-Abril. Sin embargo, la particular visión del negocio de don Miguel y sus hermanos tuvo un desarrollo más allá de la fabricación de café y su comercialización.

Duplicidades e ineficacias

Dentro del negocio de la distribución, nuestro protagonista entendió que existían demasiadas duplicidades e ineficacias entre los grupos dominantes de este sector de la distribución en la zona. En este análisis coinciden con otras dos familias referentes de empresarios de la distribución y comercialización en la región, los González y los Rueda, y de ese análisis surge el proyecto de creación de una plataforma de supermercados entre tres grandes familias de empresarios. 

Se constituye así en junio del año 76 la sociedad Sagara SA, la cual, concebida como una estructura de venta al por mayor de artículos de alimentación, droguería y perfumería eléctrica, va a dar paso a la cadena de supermercados con marca Hipodiskont, grupo que después de 39 años de actividad, pasó a ser adquirido por el Grupo IFA y posteriormente por el grupo de inversores que desarrollaron la cadena de supermercados El Árbol, recientemente absorbido por Dia.

El don de la perspectiva del negocio, de la anticipación y de la adaptación a las circunstancias de mercado está reservado a unos cuantos empresarios (emprendedores) elegidos. Don Miguel y sus hermanos fueron capaces de diseñar y dimensionar un negocio desde la fabricación de café en distintas vertientes, hasta su comercialización, pasando la creación de una marca con margen que defender en el mercado para sumarla a la cadena de distribución y agregando finalmente a todo el negocio, la posibilidad de integrar a su universo emprendedor la iniciativa hostelera desde la cual Don Miguel también supo innovar integrando la novedad del catering en el Valladolid de mediados de siglo XX en la cafetería Maga.

Actividades

En la historia de emprendimiento e innovación de esta generación de hermanos, contamos al menos con 5 actividades distintas integradas en la misma cadena de valor. Para logar un control sobre estas actividades son necesarias grandes dosis de intuición, de inteligencia, de equilibrio, de conocimiento del mercado, de aversión al riesgo, y de una innata capacidad para anticipar lo que el mercado va a necesitar, o incluso por crear aquello que el mercado podría necesitar. En ese sentido, don Miguel es -hablo en presente porque su obra sigue vigente- uno de los empresarios más disruptivos que he venido analizando porque no sólo dio respuesta a necesidades del mercado innovando en el negocio de la distribución, también fue capaz de crear nuevos productos que más allá de satisfacer necesidades del mercado, las crearon, algo plenamente disruptivo, algo al alcance de muy pocos, de los mejores.

Reconozco que en el proceso de análisis de esta gran personalidad, hay un registro que ha levantado mi admiración tanto o más que la capacidad empresarial de Miguel García-Abril. Me refiero a su talla personal, a sus valores.

Dotado de un carácter afable y una fina ironía, don Miguel era un hombre humilde, positivo, partidario de acudir a la inteligencia colectiva (ahora lo llaman innovación abierta) para extraer de todo su equipo y del ecosistema de su empresa y su entorno las mejores ideas para convertirlas en proyectos. No le gustaba crear un cuadro jerárquico en su grupo de colaboradores que llevara a una relación de superior a inferior, de ordeno y cumplo. Muy al contrario, en uno de los escritos más impactantes que he podido leer de Miguel, él mismo reconocía que en su vida profesional no había tenido que entrar en grandes conflictos con su personal porque había sido capaz de colocar a cada trabajador allí donde era capaz de desarrollar su talento y vincularlo con su motivación. Cada trabajador, estando cómodo y motivado en su tarea, era capaz de lograr los objetivos de la empresa y hacerlos propios. ¿Hay algo más innovador que esto? ¿Hay algo socialmente más responsable que este enfoque?

Don Miguel García-Abril falleció en Valladolid el día 31 de enero de 1992 a la edad de 84 años. Su pérdida dejó un vacío en la iniciativa empresarial local y en  la sociedad en su conjunto imposible de cubrir si no es a base de más empresarios de su altura profesional y personal. Su obra perdura y debería ser conocida, reconocida y enseñada en los centros educativos empresariales como el origen de grandes proyectos empresariales que hoy generan unos miles de puestos de trabajo en nuestra tierra dentro de distintos sectores de actividad.

Reconozcamos la obra de nuestros padres para dar un mejor futuro a nuestros hijos.

Gracias Miguel.
En memoria de Henar.
Valladolid, 27 de marzo de 2015.
 

5 comentarios

  1. Un hombre extraordinario,una magnifica persona, inteligente, amable y carñoso y un gran empresario. Yo, personalmente le recuerdo cada 7 de julio, fecha de su cumpleaños. Un orgullo para su familia.

  2. SEDA SOLUBLES Y FARMAPRIMA LA FUNDO MI ABUELO ANTONIO J.CRUZ FUENTES NO ERA QUIMICO ESTUDIO MEDICINA Y BUSCO SOCIOS MINORITARIOS LA MAYORIA TORREFACTORES DE CAFE Y ENTRE UNO DE ELLOS ESTABA CAFE 12 Y SIEMPRE EL ACCINISTA MAYORITARIO DE SEDA SOLUBLES Y FARMAPRIMA FUE LA FAMILIA CRUZ.
    POR FAVOR INFORMAROS PRIMERO ANTES DE ESCRIBIR.

    1. Gracias por tu comentario Emilio. Te pido disculpas por la falta de precisión en la información sobre SEDA, no prentendo hacer un ejercicio profundo de investigación, únicamente poner en valor el hecho de la unión estratégica entre emprendedores con formaciones complementarias para acometer un proyecto industrial que hoy sigue vigente, aunque con otra propiedad.
      Por la información que tengo, Don Miguel García Abril guardaba una gran admiración y respeto hacia el señor Cruz y toda su obra. Ojalá las instituciones sean (seamos) capaces de mantener vivo el ejemplo de todos empresarios que como tu abuelo, fueron capaces de crear riqueza.

      1. Era una simple aclaración, yo he conocido personalmente a Don Miguel y tengo amistad con la familia y un gran respeto y admiración a Don Miguel García Abril.

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