Recuerdo una conversación hace justo un año con Gerardo Gutiérrez, presidente de Gadea Grupo Farmacéutico y de Empresa Familiar de Castilla y León (EFCL), en la sede de su compañía, donde se preguntaba por qué destinábamos nuestros ahorros a fondos de inversión con participaciones en compañías desconocidas y a sofisticados productos financieros, cuando a cambio se podía estar en el accionariado de empresas vecinas. El término vecino no es una metáfora, ya que las instalaciones de Gadea se ubican en el Parque Tecnológico de Boecillo, donde también se encuentran otros grupos como Aciturri o Incosa.
De aquella idea que le rondaba por la cabeza, a la realidad. Como saben, EFCL presentó el pasado mes de abril Alentia, una sociedad para canalizar el ahorro de entidades, empresas y ciudadanos a proyectos empresariales radicados en Castilla y León. La medida cuenta con el absoluto apoyo de los principales socios de la agrupación, es decir, surge con el respaldo de las personas con mayor poder empresarial y económico de nuestra comunidad autónoma.
¿Por qué se crea?
Alentia es hija de su tiempo. Nace en una coyuntura marcada por la restricción del crédito financiero, la mayor exigencia de garantías a los empresarios por parte de los bancos, el desmembramiento de la cartera industrial de las antiguas cajas, la desaparición del sistema financiero regional con el consiguiente traslado de los centros de decisión a cientos de kilómetros de nuestra comunidad autónoma, la brusca reducción de los fondos públicos de la Administración regional dedicados al tejido empresarial, la parálisis de Madrigal Participaciones que hasta ahora era el único instrumento financiero existente en Castilla y León para apoyar operaciones de gran calado y la falta de tamaño de nuestras empresas para acceder al mercado internacional de capitales.
Un inversor particular puede asociarse a Alentia desde un canon de entrada de 150 euros y una cuota anual de 300 euros. Y luego, si le convence un proyecto, debe dedicar una cuantía mínima de entre 25.000 y 50.000 euros, que tampoco es una cifra que asuste a los ahorradores. Esos mismos ahorradores, y conozco más de un caso, que han colocado un capital similar en fondos de inversión o en la Bolsa y que se pasan todo el día observando la evolución de las cotizaciones con una obsesión que raya en lo paranoico. Con Alentia no ocurre eso, simplemente se apoya un proyecto de un empresario sin movimientos especulativos. Puede que la rentabilidad no sea tan elevada como la de otros productos financieros, pero el riesgo se minimiza porque en ese proyecto el empresario pondrá su vida.
Pero para mí, el principal mérito de esta iniciativa es que puede llegar a introducir al ahorrador de Castilla y León en la verdadera cultura empresarial, alejada de los pelotazos, el fraude, la picaresca y el dinero rápido. Con Alentia, esos ciudadanos dedicarán su dinero a apoyar la economía real, de la que depende el nivel de desarrollo de un país. Ese dinero servirá para generar empleo en Castilla y León, para dinamizar los territorios donde se ubican esos grupos, para aumentar el mercado interno, para incrementar la recaudación fiscal con la que mantener nuestros servicios sociales y para aumentar el peso de nuestra región en el escenario económico de España. Y de paso, se inculcará en esta maltratada sociedad civil los valores de las empresas serias, basados en el esfuerzo, el sacrificio, el amor por el trabajo bien hecho, el apego a tus raíces, la proyección a largo plazo, la confianza en el potencial de esta tierra. Alentia también servirá para mejorar nuestras empresas líderes, que deben de hacer un ejercicio de transparencia, profesionalizar su gestión, medir los riesgos, diseñar proyectos atractivos y comunicarse más con la sociedad si, de verdad, quieren captar el ahorro de sus vecinos.
Buenos días Alberto, en unos momentos tan difíciles, con una situación tan complicada, y sobre todo sin tener motivos de esperanza que hagan cambiar la situación en el corto plazo, creo que la idea es genial.
No hay que buscar productos financieros sofisticados, ni estructuras complejas donde invertir nuestro dinero. Ni tampoco invertir en grandes compañías con nombres e historia deslumbrante, las cuales no conocemos pero a que simple vista nos generan confianza.
Simplemente y a modo de ejemplo que es mejor invertir en una compañia como Viajes Marsans o Pescanova…, o en Aciturri, Incosa o Gadea?
Hola:
Invertir en empresas de Castilla y León tiene una doble rentabilidad: la propia de la operación y la de apoyar con el dinero de tu bolsillo la dinamización económica de la región en la que vives. A mí también me gusta mucho la iniciativa y espero que tenga éxito.
Saludos.