Desde que estalló la crisis, el Estado, los Gobiernos regionales, los ayuntamientos, y las diputaciones provinciales han cerrado el grifo a asociaciones, fundaciones y ONG’s cuyo funcionamiento dependían casi en exclusiva del dinero público. Ante esas medidas de ajuste presupuestario para reducir nuestro galopante déficit público, la supervivencia de esas entidades sin ánimo de lucro está en peligro al quedarse con unos ingresos mínimos con los que apenas pueden mantener sus estructuras, que en algunos casos son mastodónticas.
Luisa Alcalde: El nuevo consumidor 5.0
El internet de las cosas, la inteligencia artificial, el blockchain y realidad aumentada son tecnologías que más influirán…