Dicen que la información es poder y efectivamente es así. Hoy Internet nos ofrece un canal impresionante para adquirir información de todos los tipos y de todas las fuentes, pero si esa información es accesible a todo el mundo, ¿por qué no se reparte el poder por igual? Creo que la diferencia está en el uso que hacemos con la información y cómo la utilizamos.
En ocasiones, cuando me dispongo a documentarme sobre un determinado tema, comienzo por mi biblioteca de papel, todavía soy de esos románticos a los que les gusta el olor a libro, pero en la mayoría de las ocasiones mi biblioteca es insuficiente y he de acudir a la fuente de las fuentes, Internet. Accedes a Google, pones lo que buscas y encuentras 26 millones de páginas que tienen información sobre la materia que te interesa. Tenemos webs, medios de comunicación, blogs, foros, grupos, Twitter, Facebook, Linkedin, Slideshare, Scribd, páginas de administraciones públicas… En ocasiones uno se ve ahogado en información, lo cual no es un peligro menor que la ausencia de la misma. Por ello, se hace cada vez más necesario filtrar la información y en lo posible conocer la bondad de la misma, ya que como muchos dicen “no te creas todo lo que lees en Internet”.
Recientemente, la revelación de documentos realizada por Wikileaks, y aireada por miles de páginas y medios de comunicación, es un ejemplo del sobreexceso de información que navega por la red y que en ocasiones hay quien nos quiere hace comulgar con ruedas de molino. Un ejemplo, el diario El País lleva días y días manteniendo en su portada en la edición digital como tema más destacado el asunto de Wikileaks, pero si uno se adentra en esa misma portada en el apartado Lo más visto, comprobará (y yo lo he realizado en decenas de ocasiones) que a lo sumo una o ninguna de las noticias más vistas de ese medio de comunicación tiene que ver con el asunto de las revelaciones. Ello me hace pensar que los usuarios seleccionamos la información que nos interesa y que la sintonía entre quién ofrece información y quién la busca en ocasiones es escasa.
Por dónde empezar
Algunos consejos para no morir en el maremoto de información que llega desde Internet, podrían ser:
1.- Utilizar las redes sociales con mesura, no tener contactos por tenerlos, ya que cuantos más contactos tengamos, más flujo de información generaremos.
2.- Aprender a buscar información en la red y también a filtrar la misma. Las herramientas de búsqueda son mucho más complejas de lo que parecen a simple vista y requieren de un aprendizaje serio.
3.- No te olvides de las fuentes de información tradicionales, como libros y todo tipo de publicaciones en papel, el boca a boca, tablones de anuncios, consultar a expertos, o llamadas de teléfono.
4.- Usa con mesura el correo electrónico, hay quienes para contestar afirmativamente a un correo empiezan a realizar disertaciones de folios y folios.
5.- En las redes sociales, y en especial en Twitter, sigue sólo a aquéllos que tengan algo que aportarte.
6.- Elude toda información innecesaria.
gracias por los consejos,
pero ¿podrías ampliar el punto nº 2? para los profanos en la materia si nos sacas de “san google” andamos un poco perdidos y somos de los que perdemos cantidades tremendas de tiempo intentando filtar todo lo que encontramos….cualuqier sugerenica que nos des será bien recibida.
ISABEL CLAVERO
Creo que las redes tecnológicas son parte de las redes sociales, pero cada vez mas importantes como se evidencia cada día. Acuerdo con Alfredo que es necesario tener criterios y principios para utilizar las herramientas tecnológicas y sociales. Me son de utilidad sus sugerencias y recomendaciones.
Muchas gracias ALfredo!
Hola Hugo:
Estoy de acuerdo que hay que manejar cualquier tipo de herramienta adecuadamente, en incluso a veces leernos el manual de instrucciones.
Saludos