En Abadía Retuerta consideran la sostenibilidad un pilar fundamental, entendida como un valor que aúna conceptos ambientales, sociales y de gobernanza y que se suma a la gestión de sus 2 herencias patrimoniales: la natural, con 700 hectáreas, y la cultural e histórica, que se remonta al siglo XII. Para ello, la compañía apuesta por implantar un modelo de desarrollo de gestión sostenible con la incorporación de innovaciones eco-friendly y soluciones tecnológicas que contribuyen a mejorar la eficiencia energética.
Dentro de la gestión de recursos naturales de forma sostenible se encuentran acciones como el impulso del proyecto plastic free, que implica no utilizar plástico de un solo uso en ninguna de sus áreas de trabajo; las certificaciones ambientales Green Globe (dentro del ámbito turístico) y la ISO 14001; el sello Calculo, compenso y reduzco, que concede el Ministerio para la Transición Ecológica, referido a su huella de carbono, y es la segunda bodega en España en alcanzarlo de forma completa; y el sello Wineries for Climate Protection.
Agricultura ecológica
Además, Abadía Retuerta es una bodega con Denominación de Origen Protegida propia desde mayo de 2022 y trabaja para que todas sus parcelas tengan el sello de agricultura ecológica, con el que ya cuentan algunos de sus pagos.
La empresa fomenta un modelo de economía circular con un sistema de gestión y tratamiento de residuos y apuesta por la energía renovable con un sistema de autoconsumo en la bodega, gracias a la instalación de 500 paneles solares fotovoltaicos, mientras que el hotel se abastece con energía geotérmica. En 2019 recuperó su Huerto de los Monjes, un espacio orgánico, que de los 600 metros cuadrados originarios cuando los monjes habitaban la abadía ha pasado a más de 2.400 metros cuadrados; y en sus restaurantes trabajan con un mapa de productos y productores locales, una apuesta reconocida con una estrella verde Michelin para Refectorio.
Legado de más de 9 siglos
“Lo que fue la Abadía de Santa María de Retuerta es hoy algo más que un hotel y una bodega. Es un proyecto que, con enorme responsabilidad y generosidad, conserva y amplía un legado de más de 9 siglos. En este compromiso por compartir con las generaciones presentes y preservar una herencia para las futuras, apostamos por continuar añadiendo capas de valor a nuestra historia con la creatividad propia del siglo XXI”, explica Enrique Valero, director generar de la compañía, que añade: “esto lo hacemos en la gastronomía, en la viticultura y ahora también en el arte. Desde hace más de 2 años, y siguiendo los valores de sostenibilidad y excelencia, pusimos en marcha un proyecto de arte que tiene como finalidad poner en valor las colecciones existentes y ampliarlas”.
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