Agropal ha recuperado el silo de la localidad vallisoletana de Peñafiel como punto de venta cooperativo de los productos de los agricultores, ganaderos y artesanos de Castilla y León. De esta manera, la cooperativa ofrece un servicio básico y fundamental en los pueblos y contribuye al desarrollo de los mismos generando empleo. La puesta en marcha de este establecimiento supone la creación de una decena de puestos de trabajo, todos ellos de personas residentes en esta localidad y su comarca.
En este nuevo punto de venta, el primero que la cooperativa pone en marcha en la provincia de Valladolid, destaca la selección de productos frescos, con una amplia sección de fruta y verdura, los productos cárnicos de la sociedad y un amplio surtido de legumbres y productos lácteos, como son la leche y el queso Cerrato.
Ubicado en la carretera de Pesquera, se trata de una parcela de más de 3.500 metros cuadrados que alberga 2 amplias zonas de aparcamiento y casi 900 metros cuadrados comerciales divididos entre supermercado y una cuidada zona de vinoteca, en la que los visitantes pueden encontrar una amplia selección de vinos de las diferentes denominaciones de origen y una selección de jamones y quesos. Sus responsables destacan que se trata de un establecimiento cómodo, con amplio aparcamiento y con un horario de apertura al público ininterrumpido de 9,00 horas a 21,00 horas de lunes a sábado.
Techo de cristal
En la rehabilitación y puesta en marcha de este nuevo punto de venta cooperativo, se ha buscado en todo momento mantener la estructura del silo y, a través de un techo de cristal se puede apreciar perfectamente la majestuosidad del interior del mismo. “Esto es algo que agradecen mucho los visitantes y destacan que pueden ver cómo es por dentro la estructura de un silo, algo que despierta interés y admiración”, remarca César Reales, gerente de Agropal.
Construido en 1953
Agropal adquirió el silo de Peñafiel -que fue construido en 1953- al Fondo Español de Garantía Agrario (FEGA), dependiente del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en diciembre de 2020.
En el momento de la adquisición por parte de la cooperativa, se encontraba en desuso y abandonado. “Hace más de un año que comenzamos las obras de rehabilitación para recuperar un edificio histórico, que destaca por su altura y majestuosidad en el paisaje rural. Desde Agropal consideramos importante recuperar el uso de estos edificios que forman parte de nuestro patrimonio, en este caso del industrial agroalimentario, y que actualmente se encuentran en desuso”, explica Reales.
Estos silos destinados a almacenar las cosechas de grano para asegurar el abastecimiento de la población y a paliar la irregularidad de las cosechas, al garantizar el precio a los agricultores, son construcciones majestuosas y una seña de identidad de muchos pueblos, aunque en estos momentos muchos se encuentran en una situación de abandono.
“Los silos fueron muy necesarios y una gran obra de ingeniería en su momento. En su día garantizaron que hubiera grano, y por ende pan, sustento básico en la España de aquella época. Actualmente son infraestructuras obsoletas, con maquinaria sin usar y sin rendimiento. Están desfasados para los ritmos y necesidades con las que se trabaja actualmente”, señala Reales, que añade: “por eso, desde Agropal hemos dado un nuevo uso a estas infraestructuras sin perder su esencia apoyando a los productores de alimentos de nuestros pueblos”.
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