Las familias empresarias que veranean juntas lo tienen más difícil para desconectar durante las vacaciones de verano y corren el riesgo de enzarzarse en disputas familiares. Así lo ha constatado la consultora Family Business Solutions tras trabajar con más de 200 familias empresarias.
En los momentos de ocio, ya sea en la casa de veraneo familiar o de viaje, los familiares tienden a hablar sobre cuestiones relacionadas con la compañía. El motivo, explica Agustín, es que, “es probable que se tengan varios asuntos pendientes e importantes que tratar para el buen funcionamiento de la empresa, como proyectos o inversiones en marcha, por lo que es fácil que una comida familiar acabe convirtiéndose en una comida de trabajo, como si se estuviera en la oficina”.
Los problemas se acentúan
Al pasar las vacaciones juntos, los problemas se pueden accentuar por el mayor tiempo y emociones compartidas. Por esta razón, desde Family Business Solutions consideran que la solución óptima sería que la familia acordase disfrutar de las vacaciones por separado, para desconectar y afrontar el nuevo curso con las pilas recargadas y habiendo tomado cierta distancia de la empresa familiar.
Sin embargo, dado el gran valor que las empresas familiares otorgan a la unión familiar, en muchos casos la familia no contempla separarse como una opción viable. En tal caso, Agustín recomienda hacer un pacto tácito o expreso para restringir las conversaciones sobre asuntos laborales al ámbito de la empresa y dejar los momentos de ocio y las vacaciones para ser y actuar únicamente como una familia y, por consiguiente, poder desconectar de la rutina diaria y laboral.
Consejos para evadirse
No pensar que por estar de vacaciones los conflictos se resolverán por arte de magia. Es más, estos pueden acrecentarse por el mayor tiempo y emociones compartidas.
Ser más tolerantes y dialogantes con los demás.
Saber utilizar el sombrero adecuado. “Si estamos de vacaciones en familia, el sombrero es el de familia y no el de propietario o jefe de la empresa”, explica Agustín.
Tomar distancia con el trabajo y evitar hablar, en la medida de lo posible, de temas laborales en momentos que deberían ser para el ocio y la distensión. Es recomendable delimitar los espacios propicios para hablar de estos temas.
Poner límites a las conversaciones sobre trabajo. Si es necesario celebrar alguna reunión de trabajo inaplazable durante las vacaciones, que sea breve, que tenga hora de inicio y fin y que tenga lugar en una parte de la casa libre de interferencias de terceros.
No implicar a familiares políticos y a la familia extensa en debates sobre temas de trabajo que puedan surgir, especialmente si sobre estos no existe una visión compartida y son temas polémicos. Tampoco hay que forzarlos a tomar partido si se generan situaciones de conflicto por este motivo.
Vigilar las distribuciones de las mesas, evitando, en la medida de lo posible, que personas con relaciones difíciles o ya dañadas, se sienten juntas.
Dar libertad a la familia para poder pasar las vacaciones separadas sin resentimientos o para que cada uno pueda gestionar sus vacaciones libremente, aunque se comparta un mismo techo.
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