Roostiq ha puesto en marcha su food truck, “un proyecto que nace de la ilusión y el empeño de poder llevar nuestra singular cocina, centrada en el fuego de las brasas y el calor del horno napolitano, a cualquier punto del país”, destacan los promotores de este restaurante ubicado en Madrid, entre los que se encuentra un empresario abulense. En concreto, está orientado a llevar a cabo eventos privados de tarde y noche donde ofrece servicio de comida “con los mejores platos” de su establecimiento hostelero.
Se trata de un camión Mercedes customizado decorado al estilo Roostiq. En su interior tiene una réplica de los que son los verdaderos protagonistas en la cocina del restaurante, como son el Josper, del que salen sus verduras a la brasa y chuletones, entre otros; y el horno de leña napolitano, hecho a mano y exclusivo para esta food truck, que alcanza una temperatura de cerca de 500 grados “y hace que las pizzas sean una auténtica experiencia”.
Nueva apertura en Marbella
La compañía está inmersa en la apertura el próximo verano de Roostiq Marbella, un local que, al igual que el de Madrid, localizado en el barrio de Chueca, se dirigirá a todo tipo de clientes. “Como dice nuestro lema, nos mueve la pasión de dar de comer bien a los demás. Es esto lo que nos hace diferentes. El restaurante cuenta con fincas propias en Ávila, de donde viene la mayoría de los productos de nuestra carta. Contamos con zonas de huerta en un enclave único, en la ribera del río y aisladas de cualquier tipo de contaminación, a lo que se suma el filtro depurativo de los pinares que la rodean. En estas huertas se cultivan hortalizas como puerros, espinacas o acelgas, que pasadas por la llama de nuestras brasas son de gran reclamo al paladar”, explican.
Tomate Roostiq
Además, de mayo a septiembre, cultiva uno de sus productos estrella, el tomate Roostiq, a partir de semillas antiguas y siguiendo los métodos tradicionales “como los que usaban nuestros abuelos”. Es carnoso y de una calidad excelente que en plena temporada puede encontrarse a la venta en su web. Por su parte, en su dehesa cría cerdos ibéricos de bellota, que son los encargados de limpiar la finca de la gran cantidad de los frutos que les brindan sus encinas centenarias, “protagonistas en el restaurante cada vez que un cliente pide una ración de nuestro lomito o embutidos ibéricos”. En este enclave crecen también sus pollos ecológicos, criados a base de pasto y cereales, “lo que se traduce en una carne de un sabor inigualable”.
El restaurante está dirigido a todo tipo de clientes, pero es especial a aquellos entusiastas del vino y amantes del borgoña; así como a los apasionados por los alimentos de producción ecológica. “Contamos con una amplia carta de vinos de reseñables bodegas como Vega Sicilia y también de pequeños productores; además de una gran variedad de borgoña. Respecto al mundo del champagne, disponemos de alrededor de 100 referencias, muchas de ellas de las grandes maisons, tales como Montagne de Reims, Côte des Blancs, Vallée de la Marne y Côte de Bar, entre otras”, comentan. Además, Roostiq es embajada de Krug, “por lo que todas sus referencias pueden encontrarse en él”.
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