Corporación Llorente (Collosa) y la Universidad de Valladolid, a través del Departamento de Teoría de la Señal y Comunicaciones e Ingeniería Telemática, continúan trabajando durante la actual campaña de vialidad invernal en un proyecto pionero denominado Vintro, que permitirá detectar y cuantificar la cantidad de sal residual que permanece en el asfalto tras los tratamientos de vialidad invernal a la que son sometidas las carreteras cuando se presentan bajas temperaturas.
Se trata de una iniciativa que ya se inició el pasado invierno y en el que tanto la compañía como la institución académica vallisoletana han focalizado los esfuerzos de sus laboratorios de I+D+i con el objetivo de alcanzar resultados que permitan, sobre todo, optimizar la dotación de sal sobre las vías y reducir el número de tratamientos preventivos sobre las mismas para lograr, de este modo, una mejora en la seguridad de los conductores y el cuidado del medio ambiente.
Collosa explica además que este trabajo se inició ya durante la campaña de vialidad invernal del pasado año y que se encuentra en una segunda fase: “los primeros resultados de la prueba piloto llevada a cabo hasta el mes de abril de 2021 nos hacen ser optimistas de cara a lo que estamos desarrollando en la actualidad”.
Seguridad de los conductores
El propósito de este plan de actuación persigue “detectar y medir la cantidad residual de sal que se encuentra en la carretera una vez que se han realizado los tratamientos por parte del personal de conservación. Es importante porque, como decimos, supondrá un aumento en la seguridad de los conductores, nos hará ser más sostenibles y cuidadosos con el medio ambiente y, además, posibilitará una reducción de costes”.
Actualmente, el proyecto se encuentra centrado en “medir la sal residual en todo el ancho del carril y en esta campaña invernal se quieren hacer ya pruebas con el prototipo nuevo”. La compañía ha indicado que su intención es que “entre diciembre y marzo se puedan hacer pruebas. De marzo a noviembre se modificará y perfeccionará el prototipo para mejorar los compuestos. Y nos queda la campaña invernal de 2022-23 para terminar de analizar todos los resultados y mejorar allá donde sea necesario”. La conclusión del estudio está prevista para junio de 2023.
El funcionamiento de este prototipo tiene que adaptarse a los distintos vehículos que lo acompañan para, posteriormente, “avisar al camión que viene detrás y que este determine la cantidad de sal que debe echar sobre la vía”.
Conservación de carreteras
En esta línea recuerda que, “cuando llega el invierno, los empleados de conservación de las carreteras han de salir a tratarlas en cuanto la temperatura exterior llega a los 2 ó 3 grados centígrados que es cuando puede comenzar a formarse hielo; uno de los principales enemigos de los conductores y de la seguridad vial. Nosotros, en nuestro trabajo cotidiano, hemos de garantizar en todo momento que la vía se encuentre en perfecto estado para evitar accidentes”.
Este proyecto cuenta con el apoyo del Instituto para la Competitividad Empresarial (ICE) de la Junta y ha sido cofinanciado por el Feder, Objetivo Temático 1, que trata de promover el desarrollo tecnológico, la innovación y una investigación de calidad.
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