Fundada en 1891 por los monjes trapenses de San Isidro de Dueñas (Palencia) y artífice de los primeros bombones que se fabricaron en España en los años 60, Chocolates Trapa inició hace 8 años una nueva etapa de la mano de la familia de origen palentino Fernández Calvo.
En este período ha experimentado un crecimiento progresivo hasta casi multiplicar por 10 sus ingresos. Así, en 2013 la facturación alcanzó los 1,5 millones de euros, mientras que en 2020 fue de 14 millones, cifra récord para la marca a pesar de la pandemia. La tendencia alcista se mantuvo en el pasado ejercicio pues sus ventas superaron los 16 millones de euros, un 14% más.
La empresa presidida por Gerardo Fernández Calvo desarrolla un plan de inversiones de 10 millones de euros en el período 2020-25, en el que destinó 2 millones de euros en 2021 a nuevos desarrollos y mejora de maquinaria e instalaciones.
60 nuevas referencias en 2 años
Las inversiones industriales y en I+D+i, sumadas a la constante mejora de las formulaciones, han permitido a Chocolates Trapa aumentar su porfolio hasta alcanzar las 290 referencias, de las que 60 se han lanzado en los 2 últimos años. Su gama se adapta a las necesidades del consumidor actual y a las distintas intolerancias alimentarias, ya que todos sus chocolates están libres de gluten, grasas hidrogenadas y ácidos grasos trans; cuenta con una línea de bombones, tabletas y chocolatinas para niños sin azúcares añadidos; acaba de lanzar los primeros bombones y el primer turrón del mercado sin lactosa: y ha eliminado de todos sus productos el aceite de palma con el objetivo de frenar la deforestación y mantener la biodiversidad.
Además, la empresa ha puesto en marcha su proyecto Plantando futuro contigo, mediante el cual reforestarán diferentes zonas de España con 10.000 árboles que, cuando alcancen la edad adulta, serán capaces de absorber unas 50.000 toneladas de CO2 al año. Una de estas plantaciones tuvo lugar el pasado mes de diciembre en la localidad palentina de Villamuriel de Cerrato.
Año 1891, el origen
Los orígenes de Chocolates Trapa se remontan al invierno de 1891 cuando 35 monjes cistercienses, pertenecientes a la orden de la Trapa, se instalaron en el monasterio de San Isidro de Dueñas (Palencia) y empezaron a hacer chocolate según los procesos tradicionales. Métodos transmitidos por la comunidad religiosa desde que los primeros misioneros importaran el chocolate desde la América de Moctezuma y Hernán Cortés, primero a España y después a Suiza y Países Bajos.
En los años 60 se fundó la fábrica, hoy ya separada del monasterio, donde se elaboraron los primeros bombones que se hicieron en España: los icónicos Cortados de Trapa, de forma cuadrada, que son un emblema de la casa, junto a los también “míticos Bombonísimos, presentes en la memoria colectiva de todos españoles”.
Presencia en más de 50 países
Tras varios cambios de propiedad, en 2013 la empresa fue adquirida por la familia palentina Fernández Calvo, que quiso invertir en su tierra con el fin de convertir Chocolates Trapa en una empresa moderna, dinámica y significativa del sector gracias a los 3 pilares que sustenta su filosofía: innovación, estilo y conciencia social y medioambiental.
En la actualidad, cuenta con 150 trabajadores, más de 120 distribuidores en España y con presencia en más de 50 países, entre los que se encuentran Italia, Polonia, Países Bajos, Suecia, Hungría, Kuwait, Egipto, Israel, Corea y Japón.
Más información en el número de enero de la revista Castilla y León Económica