El pasado mes de septiembre la cafetera palentina Prosol presentó al mundo su último gran avance en el ámbito de la innovación, como es la cápsula Home Compostable, que pone el broche a un trabajo de 2 años para dar respuesta a una creciente demanda de los consumidores. Esta novedad, que se comercializará a partir de 2022, da la bienvenida a un café que mantiene intactas todas sus propiedades, incluido su sabor, y facilita la transformación del producto una vez utilizado.
Pero Home Compostable es mucho más que una cápsula que se puede reciclar en la compostera doméstica o directamente en los contenedores de materia orgánica, también es la expresión de un compromiso corporativo por una producción sostenible, respetuosa con su entorno y capaz de ofrecer valor añadido a la sociedad transformando los residuos en recursos en un porcentaje que no deja de crecer y que ha hecho a la empresa acreedora del certificado Residuo 0 otorgado por Aenor.
Prosol fue, de hecho, la primera empresa agroalimentaria española en recibirlo en el año 2018 y acaba de renovarlo. Esa manera de trabajar forma parte del ADN de la compañía desde su nacimiento en 1998 y ha tomado velocidad de crucero en los últimos años gracias a la escucha activa y a la labor de quienes forman parte de un equipo que cada día logra llevar 13 millones de tazas de café a más de 30 países de los 5 continentes.
Innovación y sostenibilidad
En Home Compostable confluyen innovación y sostenibilidad como reflejo del paso que hace ya tres años afrontó Prosol al unir las áreas de I+D y Medio Ambiente para incorporar los requerimientos sostenibles desde el origen de los proyectos. Un movimiento paradigmático de su capacidad para tomar el pulso a la evolución del mercado “gracias al que conseguimos anticiparnos a los cambios de forma mucho más ágil y efectiva”, explica Patricia García, directora del área. “Creemos en una innovación competitiva y sostenible en la que aportamos valor a soluciones que existen”, añade.
El café, la segunda bebida más consumida del mundo después del agua, cuenta con una legión de millones de consumidores que son también grandes entendidos, buenos prescriptores y la voz más autorizada para transmitir las necesidades de un sector que, como el mundo, ha evolucionado a pasos agigantados en estos 23 años de vida de Prosol, cuya facturación en 2020 alcanzó los 104 millones. Bajo la premisa de seguir garantizando a sus clientes, “la taza de café que buscan”, la empresa fundada por los empresarios Rocío Hervella junto a Julián Espegel nunca ha dejado de invertir en el campo de la innovación y en la actualidad, tras su acuerdo con el Banco Europeo de Inversiones, se encuentra inmersa en plena transformación digital. En este proceso, el Big Data juega un papel esencial para la toma de decisiones que marcarán el futuro de las empresas, aunque sin olvidar de dónde proceden ni lo que son. En la esencia de Prosol, “siempre ha habido espacio para impulsar la sostenibilidad”, subraya Hervella, quien también se encuentra al frente de la Asociación Española del Café y de Empresa Familiar Castilla y León (EFCL). La CEO de la compañía defiende que la producción sostenible “no es una opción, sino una responsabilidad”.
Adhesión al Pacto Mundial
La adhesión de Prosol al Pacto Mundial y la consiguiente promoción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la Agenda 2030 fueron, por tanto, el paso natural de una empresa acostumbrada a mirar no sólo al futuro propio sino al de toda la sociedad. Para ello integra la sostenibilidad en su día a día “y a lo largo de toda la cadena de valor”, precisa Rosa San Emeterio, responsable de Medio Ambiente, quien destaca cómo el ecodiseño de los productos y envases de Prosol y la optimización del proceso productivo propician “la transformación de los residuos hasta alcanzar una valorización superior al 96% de aquéllos que generan nuestros productos”.
Para lograr esas cifras que contribuyen a la circularidad de cada uno de los procesos de la fase de producción, la cafetera con sede en Venta de Baños (Palencia) aplica una política sostenible donde, a lo largo de todo el recorrido del café, se van poniendo en primer plano rediseño, reducción, reutilización y reciclado. Así, después de realizar un diagnóstico de todos sus envases, redefinió necesidades y prioridades “para lograr un aumento directo en la reciclabilidad de todos ellos”, destaca San Emeterio.
Materiales reciclados
En ese mismo ámbito, Prosol ha trabajado en la introducción de materiales reciclados en los envases de café soluble, una línea en la que destaca otro paso adelante en ese camino hacia la innovación sostenible, como es el desarrollo de los frascos PET de plástico reciclado. Así, su producción evita cada año el uso de alrededor 300 toneladas de plástico virgen.
La empresa utiliza además envases de cartón reciclado y reciclable. Los estuches de cápsulas, por ejemplo, están hechos ya de materiales 100% reciclados. A ese avance se suma la reducción del tamaño de las etiquetas de unos envases optimizados para que sean mucho más sencillos de detectar en las plantas de reciclaje, aunque el trabajo de selección se inicia en Prosol, donde en cada etapa se analiza, se separa y se envía el residuo generado a gestores especializados en el desarrollo de nuevos materiales.
Redefinición logística de algunos productos
Prosol ha redefinido también la logística de algunos de sus productos “hasta lograr la eliminación completa de materiales auxiliares, lo que provoca la reducción del residuo generado y el consumo de materias primas”, señalan sus responsables. De igual modo, la vida útil de pallets y sacos, elementos cotidianos en el día a día de su fábrica, se ha ido alargando para aprovechar al máximo sus posibilidades y la resistencia de estos materiales.
“El futuro será innovación y sostenibilidad o no será”, matiza la CEO de Prosol, mientras la compañía que fundó junto a Espegel hipotecando sus ahorros y convenciendo a un grupo de inversores de que aquella era la semilla de un negocio próspero continúa demostrando “con hechos y desde el ejemplo un alto grado de compromiso con su entorno y con la sociedad”, destinataria final de sus productos.
Más información en el número de noviembre de la revista Castilla y León Económica
