En muchas ocasiones el nombre de un proyecto tiene una historia personal detrás. Es el caso de la bodega segoviana Las dos Antiguas, como explica Rodrigo Ibáñez, fundador y copropietario junto a Henar Pinilla, enóloga: “nuestro nombre es un homenaje a dos lugares muy importantes y evocadores para nosotros, como son la Iglesia de Santa María La Antigua de Valladolid, el lugar donde hemos nacido; y la ciudad de La Antigua, en Guatemala, uno de los enclaves más inspiradores y hermosos que hemos conocido y en el que, durante una cena en uno de nuestros viajes decidimos hacer realidad nuestros sueños y comenzar nuestra andadura profesional en el mundo del vino”.
Las dos Antiguas, cuya primera vendimia y elaboración se remonta a 2009, nace con el objetivo de elaborar artesanalmente vinos tintos envejecidos de alta calidad. Todo empezó como un hobby, según explica Ibáñez, con un vino para consumir con familiares y amigos, así que durante los primeros años sólo elaboraron barricas de forma artesanal, al tiempo que adaptaban una vieja construcción familiar en Navas de Oro (Segovia) donde habilitaron, acondicionaron y equiparon el pajar como bodega. No fue hasta 2012 cuando el proyecto se convierte en profesional, si bien los dos fundadores mantienen sus puestos de trabajo, en sectores que nada tienen que ver con el mundo del vino. Posteriormente se incorporaron al proyecto 3 amigos que comparten con los propietarios la pasión por el vino.
“Nuestra filosofía es buscar la excelencia en cada parte del proceso, desde el viñedo, donde trabajamos las parcelas que mejor se adaptan a nuestras expectativas, con los más rigurosos controles en campo y bodega”, subraya Ibáñez.
Producciones muy limitadas
Las dos Antiguas elabora producciones muy limitadas, en torno a 6.000 botellas por añada, toda ellas numeradas, “y elaboramos el tipo de vino que nos gusta beber a nosotros. No hacemos vinos porque estén de moda ni para cumplir las expectativas de nadie, sino aquéllos con los que nos sentimos identificados. Además, no tratamos de hacer vinos iguales todas las añadas, sino que tratamos de adaptarnos al viñedo y hacer el mejor vino posible cada año”, enfatiza.
En la actualidad, todos sus vinos pasan por un largo proceso de crianza en barrica y posterior reposo en botella. La bodega posee 5 pequeños majuelos de menos de una hectárea con cepas que superan el medio siglo de longevidad de la variedad tempranillo, situadas “en la que creemos que es la mejor zona de Castilla y León para esta variedad de uva, la parte burgalesa de Ribera del Duero”, detalla Ibáñez. Como la elaboración se realiza en Navas de Oro, fuera de la Denominación de Origen ribereña, los tintos se etiquetan con la indicación Vino de la Tierra de Castilla y León.
Sus referencias son Las dos Antiguas Origen 2015, con crianza de 15 meses en barricas de roble francés, una edición limitada y numerada de 2.676 botellas; Las dos Antiguas Selección 2014, con crianza de 18 meses en barricas premium de roble francés y una producción de 2.448 botellas; y Las dos Antiguas Prestigio 2013, apenas 328 botellas de un tinto con una crianza de 24 meses en barricas de roble francés elegidas entre ediciones especiales de diversas tonelerías y posterior crianza en botella.
La bodega siempre ha elaborado vino tinto, pero también les atrae el vino blanco, y de hecho en breve comenzarán la elaboración de un blanco “muy especial y diferente, también con crianza en madera, recuperando viñedos de nuestro municipio. Ya hemos realizado pequeñas elaboraciones experimentales y creemos que estos vinos sorprenderán a nuestros clientes”, sostienen los propietarios.
Premios internacionales
Ante la buena acogida de los vinos entre amigos y clientes de Las dos Antiguas, decidieron presentar a concurso a dos de sus elaboraciones. Y algo -o mucho- deben de estar haciendo bien cuando la primera vez que presentaron a un certamen internacional Las dos Antiguas Selección 2014, obtuvo una Medalla Gran Oro en los International Wine Awards, galardón reservado a los vinos con puntuaciones de entre 95 y 100 puntos. “Recibimos el reconocimiento más alto, que solo se concedió a 36 de los 2.579 vinos presentados”, rememora Ibáñez. Similar suerte corrió Las dos Antiguas Selección 2015 a principios de este año en el concurso Mundus Vini, en el que consiguió el único Gran Oro concedido a un vino con el marchamo Vino de la Tierra de Castilla y León.
Más información en el número de agosto de la revista Castilla y León Económica