Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan muchos pueblos de Castilla y León es la deficiente conexión a Internet, por lo que solventar este problema es de vital importancia para atraer y fijar población en los entornos rurales y más en este momento, en el que el teletrabajo y la educación no presencial han pasado a formar parte de la nueva normalidad derivada de la crisis sanitaria, según el estudio de GRI en exclusiva para Castilla y León Económica.
Si este problema de acceso a Internet es una constante en gran parte de los núcleos rurales de España, lo cierto es que en Castilla y León esta problemática es aún mayor: con la cobertura más baja de todo el país, sólo el 67% de su territorio tiene acceso a internet con una velocidad de 100 Mbps o superior, según datos del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación. El 90% de los municipios de Castilla y León no tiene acceso a Internet rápido, lo que se denomina zonas blancas, poblaciones en las que no hay ningún operador que ofrezca conexión de banda ancha de 30 Mbps o más, y supone aproximadamente el 23,5% de la población de la comunidad autónoma. Esto se traduce en que de los 6.175 entidades de población existentes en Castilla y León, 5.556 son considerados zonas blancas. En total, unas 560.121 castellanos y leoneses no disponen de banda ancha rápida fija (30 Mbps) ni ultrarrápida (100 Mbps).
Falta de servicios en los entornos rurales
Otro aspecto clave que lastra la atracción de población en los entornos rurales de Castilla y León es la falta de servicios en estos enclaves. Entre esta carencia está la no existencia de un buen transporte público que conecte los pueblos con las capitales de provincia, lo que supone la necesidad de disponer de vehículo propio para desplazarse a las zonas urbanas. Desde la Junta se están dando pasos para la consecución de un buen sistema público de transporte que conecte los pueblos de la comunidad autónoma y el pasado febrero se aprobó el nuevo bono rural, que comenzó a implantarse en marzo y permite de forma gratuita viajes entre los pueblos y las cabeceras de comarca.
El bono funciona a través de una app o una tarjeta física que tiene un coste de expedición de 5 euros, validez perpetua y viajes ilimitados. El usuario debe avisar con antelación si tiene intención de utilizar el transporte público a través de una llamada a un número 900 sin coste. Esta medida va en la línea de facilitar la vida en los pueblos frenando la despoblación de estos enclaves.
La falta de acceso sanitario en los entornos rurales de Castilla y León se configura como uno de las principales dificultades de la vida en los pueblos. En los últimos años la sanidad de los entornos rurales ha ido deteriorándose con el cierre de las consultas fijas y los consultorios locales, centralizando los recursos médicos en los denominados consultorios de agrupación. Muchos municipios de la comunidad autónoma se encuentran a más de 100 kilómetros de un hospital, lo que unido a la falta de un sistema de transporte público eficaz, complica los desplazamientos a los centros de salud.
La dificultad de acceso a la educación
Por otro lado, la dificultad de acceso a la educación supone también un lastre a la hora de fijar población joven en enclaves rurales, la falta de colegios o institutos cercanos es un factor más a tener en cuenta a la hora de establecer la residencia en un pueblo. Si bien la educación está siempre garantizada, lo cierto es que son muchos los escolares que deben desplazarse a localidades muchas veces no tan cercanas para poder tener acceso a este servicio.
La necesidad de 4 alumnos para mantener un colegio rural abierto no es en muchas ocasiones un requisito de fácil cumplimiento con la sangría demográfica que lleva años produciéndose en la comunidad autónoma. A su vez, el cierre de colegios derivado de la cada vez mayor despoblación se convierte, además, en un factor que acentúa aún más la pérdida de población en los pueblos.
Exclusión de servicios bancarios
Pero no sólo las dificultades de acceso a la sanidad y la educación son un problema en los entornos rurales, también lo es el acceso a otros servicios como los bancarios. El 80% de los municipios de Castilla y León no dispone de oficina bancaria y la exclusión financiera se está convirtiendo en un problema de primera magnitud en el medio rural de Castilla y León. Por una parte, los bancos, ante la elevada despoblación de los entornos rurales, están llevando a cabo procesos de concentración de oficinas en las cabeceras de comarca, dejando un elevado número de pueblos sin recursos. Por otro lado, el proceso de digitalización que están llevando acabo y las dificultades de conexión de los entorno rurales no facilitan el acceso al servicio en los pueblos.
Sólo 410 municipios de Castilla y León contaban en septiembre de 2020 con servicio bancario presencial en oficina, lo que supone que el 81,8% de los municipios de la comunidad autónoma no tiene este servicio. La provincia que dispone de más municipios con oficina bancaria es León, en la que el 69,7% de sus localidades no cuenta con este servicio; seguida de Valladolid, con un porcentaje que alcanza el 77,3%. En el caso contrario está Palencia en la que sólo el 27% de sus municipios dispone de sucursal. Ante esta situación las administraciones públicas están tomando cartas en el asunto y entre las medidas que están tomando las diputaciones provinciales se encuentra la puesta en marcha de servicios financieros itinerantes, en muchas ocasiones incorporados en bibliobuses.
Otro de los inconvenientes de cambiar el lugar de residencia a zonas rurales es la dificultad de encontrar una vivienda para comprar o alquilar. En la mayoría de los casos, la problemática no radica en la escasez de casas disponibles en los pueblos, puesto que con el éxodo rural son muchos los inmuebles vacíos, sino en la dificultad de poder identificar los disponibles. La promoción de viviendas en alquiler o disponibles en venta se da principalmente en entornos urbanos; sin embargo, el hasta ahora poco atractivo entorno rural y las pocas expectativas de vender o alquilar una vivienda en un pueblo hace que no se llegue ni a publicitar su venta o arrendamiento.
Dar a conocer los inmuebles disponibles en los pueblos es un aspecto importante para atraer a nuevos pobladores rurales. Tanto es así que se están desarrollando en Castilla y León iniciativas enfocadas en esta dirección. Ejemplo de ello es la Plataforma de Oportunidades Rurales por Sayago, un proyecto para promocionar casas abandonadas y repoblar la comarca de Sayago, en Zamora. Esta iniciativa ha recorrido hasta 59 localidades sayaguesas en 24 ayuntamientos recopilando las casas que están en desuso y contactado con sus propietarios para ayudarles a anunciarlas y publicitarlas en redes sociales o en plataformas digitales. En la actualidad, cuenta con 262 viviendas y desde el pasado mes de enero ya se han vendido 44 viviendas y alquilado 17.
Más información en el número de julio de la revista Castilla y León Económica