“El sistema bancario español presenta en la actualidad una situación sólida y solvente”, afirmaba la semana pasada Luis María Linde, gobernador del Banco de España. Pero para llegar hasta aquí el sistema financiero se ha sometido en los 4 años a una importante reestructuración que le ha llevado a cerrar el 21,81% de sus oficinas y a reducir un 16,04% el número de empleados.
En 2011, el sector financiero español estaba sobredimensionado, su exposición al ámbito inmobiliario era insostenible, carecía de recursos propios suficientes como para cubrir sus riesgos y presentaba debilidades en materia de gobierno corporativo, sobre todo en las cajas de ahorros.
Con el sistema al borde de la quiebra, el Gobierno de Mariano Rajoy se vio obligado a tomar una serie de medidas para intentar salvar los muebles y tuvo que firmar en 2012 un Memorando de Entendimiento (MoU) con la Unión Europea que incluía la recapitalización y reestructración del sector bancario español y una importante agenda de reformas. Estos han sido los principales cambios que se han producido a lo largo de la última legislatura:
-Rescate bancario: Tras superar 2 pruebas de estrés, se determinó que la banca española tenía unas necesidades máximas de capital de 57.000 millones de euros, una cifra que se redujo a 39.000 millones de euros, de los que 37.000 millones se destinaron a entidades participadas por el FROB (BFA-Bankia, NCG Banco, Catalunya Banc y Banco de Valencia).
-Aumento de provisiones: En 2012, el Gobierno aprobó 2 Reales Decretos (conocidos como Guindos I y Guindos II) que obligaron a la banca a reforzar sus provisiones sobre los inmuebles que tenían en balance y los créditos relacionados con el ladrillo. El primer decreto tenía un coste estimado de 54.000 millones de euros, entre provisiones y capital, mientras que el segundo suponía un esfuerzo de 30.000 millones. Esta aportación a provisiones lastró los resultados de la banca, sobre todo en los ejercicios 2012 y 2013.
-Creación de Sareb: Con el fin de limpiar el balance de los entidades, se creó el llamado banco malo, al que BFA-Bankia, Catalunya Banc, NCG Banco-Banco Gallego, Banco de Valencia, BMN, Ceiss, Liberbank y Caja3 traspasaron un total de 51.000 millones de euros en activos. Esto permitió que el nivel de exposición de las entidades españolas a la actividad de promoción inmobiliaria se redujera en 150.000 millones de euros a 2014.
-Reforma del sector de cajas de ahorros: El MoU sentó las bases definitivas par la transformación del sector del ahorro. Su principal consecuencia fue la aprobación de la Ley de Cajas de Ahorros y fundaciones bancarias, cuya doble función es llevar a cabo la Obra Social que tradicionalmente fue desarrollada por las cajas de ahorros y gestionar la participación como accionistas en la entidad bancaria participada. En la actualidad, sólo existen 2 cajas de ahorros en el sentido estricto, como son Caixa Pollença y Caixa Ontinyent.
-Reducción del número de grupos bancarios: En esta legislatura, las fusiones iniciadas en 2010 se han consolidado hasta fijar en 14 los grupos bancarios. BBVA ha comprado CX y Unnim; Caixabank ha sumado a Banca Cívica y Banco de Valencia; Banco Sabadell ha integrado a la CAM y Banco Gallego; Popular a Pastor; Unicaja a Ceiss e Ibercaja a Caja 3. El Santander, Bankia, Kutxabank, Bankinter, Abanca, BMN, Liberbank y Grupo Cooperativo Cajamar no han participado en ninguna operación corporativo en estos años. De ellos, Bankia y BMN continúan teniendo participación del Estado, últimos fleco de la reestructuración.
Castilla y León Económica / Europa Press