“El contribuyente debe ser consciente de que las novedades en la Campaña de la Declaración de la Renta de 2010 pueden beneficiarle muchísimo, y por ello, no debe confirmar el borrador sin más, sino revisarlo”. Con estas palabras presentó hoy en Valladolid Juan Carlos de Margarida, decano-presidente del Colegio de Economistas de Valladolid (Ecova), las nuevas deducciones del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF) en Castilla y León, con las que “por un lado se intenta recaudar más dinero, para paliar los efectos de la crisis; pero por otro lado pretenden incentivar la actividad económica y que los contribuyentes cuenten con mayor poder adquisitivo que puedan dedicar a consumo”, explicó De Margarida.
En el ámbito empresarial, uno de los cambios más destacados se encuentra en la deducción por fomento del autoempleo para jóvenes y mujeres, que se duplica hasta los 1.020 euros, si bien puede alcanzar los 2.040 en determinados municipios, permitiendo además trasladar el importe no aplicado en el año a los 3 ejercicios siguientes. Otra novedad es la deducción del 5% por inversiones en instalaciones de recursos energéticos renovables y ahorro de agua en la vivienda habitual, con una base máxima de deducción de 10.000 euros. Los empresarios y profesionales verán reducido un 20% el rendimiento neto cuando la cifra de negocio no supere los 5 millones de euros y el número de trabajadores esté por debajo de 25, siempre que en 2010 se mantenga el empleo respecto a 2008. Esta medida es compatible con la disminución de un 5% del rendimiento neto de módulos, lo que beneficia fundamentalmente a autónomos.
El decano-presidente del Ecova aseguró que la presión fiscal que soporta Castilla y León en el IRPF es la más baja de España y alertó de la importancia de que empresas y autónomos “no desaparezcan, aunque para ello deban adoptar medidas”. De Margarida indicó que frente a la recaudación del Impuesto de Sociedades, que se ha quedado en una tercera parte respecto a la de 2007 por el cese de actividad de muchos negocios, la del IRPF está resistiendo “razonablemente bien” a la crisis.
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