Un esfuerzo pedagógico continuo

Por: Félix Alberto Sanz
Momento de la entrevista de la periodista de TVE Ana Blanco a Mariano Rajoy.
Momento de la entrevista de la periodista de TVE Ana Blanco a Mariano Rajoy, presidente del Gobierno.

Vaya por delante de lo que sigue, que la reflexión que me dispongo a compartir está del todo alejada de posiciones políticas y sólo quiero dirigirla a aspectos relevantes sobre el liderazgo.

El otro día veo una de las muchas valoraciones que sobre los políticos hace la prensa (en este caso, La Sexta Noche) y, en ella, el presidente del Gobierno de nuestro país no llega al 4 sobre 10 (3’73 para ser más exactos).

Ayer, mientras ceno, escucho la famosa entrevista en TVE con el propio presidente y, en un momento de la misma, apunta que su principal adversario para las elecciones del 20 de diciembre es él mismo y señala textualmente: “tengo que hacer un esfuerzo de explicación, de pedagogía y decirle a los españoles…”. Y ahí entiendo ese 3’73. Aunque viviera en el Congo y no supiera nada de este país ni de su presidente, entendería esa valoración tan paupérrima.

Y es que no puede ser que una persona, durante 4 años, no haga ese esfuerzo pedagógico hacia las personas que pretende liderar y quiera arreglarlo en 2 meses ante la inminente llegada de una cita importante. O sí puede ser, claro, pero lo que no se puede pretender entonces es que las personas a las que supuestamente pretende liderar le valoren de manera positiva.

Comunicación puntual anual

Muchos directivos y personas con puestos de responsabilidad en sus empresas (cada vez menos, afortunadamente), presuntamente líderes por su cargo -que no por sus acciones- hacen algo parecido a lo del señor Rajoy, una comunicación puntual anual, con mucho bombo y platillo, grandes powerpoints, mucha pompa y glamour, incluso con una comida o cena colectiva (muchas veces navideña) y en la misma, además de explicar ciertas cosas del año transcurrido y venidero (esfuerzo pedagógico), piden la ayuda, implicación, comprensión y esfuerzo de las personas a las que dirigen para lograr los objetivos.

Y las personas dirigidas hacen lo que les piden y dan ese esfuerzo, pero no valoran como líder (sí como jefe, que para eso lo es) a esa persona que durante un año no ha estado cercano a ellos en el día a día, para sí aparentarlo en un momento puntual.

No sé, es algo así como si no habláramos nunca con nuestros hijos, no estuviéramos nunca disponibles para ellos y, una vez, muy de vez en cuando, quisiéramos convencerles de algo, con un “esfuerzo pedagógico”. Y es que yo creo firmemente que si queremos liderar personas, ya sean a todas las que formamos un país, a las de una gran o mediana o pequeña empresa, a las de un equipo de trabajo o a nuestros propios hijos, tenemos que ser y mostrarnos cercanos, preguntando, escuchando, dando explicaciones de por qué y para qué hacemos las cosas, admitiendo errores y pidiendo disculpas si nos equivocamos, cumpliendo promesas, dando la cara y asumiendo responsabilidades. En definitiva, haciendo ese esfuerzo pedagógico en el día a día, no cuando algo que nos interesa se avecina.

Y sí, se pueden conseguir objetivos, obtener grandes resultados, gestionar recursos de manera óptima y ganar mucho dinero sin estar cerca de las personas que nos ayudan a conseguirlo, pero no, no se puede liderar de esta manera, porque liderar es otra cosa muy alejada a sacar una nota de 3’73.

6 comentarios

  1. Hoy te encuentro farragoso en la redacción, frases enrevesadas en las que uno se pierde en la lectura y al final en el contenido. Pero gracias.

    1. Pues gracias a ti por el feedback, estimado anónimo, haremos por explicar mejor por escrito lo que uno piensa.

  2. que diferentes somos las personas! a mi me ha parecido claro y fácil de leer. Respecto al mensaje, como siempre, cargado de razones.

    1. Vaya, Anónimo, antes me dices que no me entiendes y ahora que sí (jeje, es broma).
      Ahora en serio, anónimo 2, efectivamente que diferentes somos las personas y cómo nuestras propias “gafas de mirar” nos pueden hacer ver la misma realidad de maneras diferentes.
      Muchas gracias por tus palabras y por entender lo que quería decir (y esto no es broma, me había llegado a preocupar por si realmente no había contado bien lo que quería transmitir y tus palabras me alivian).

  3. Félix así es, el liderazgo debe hacerse en el día a día, buen ejemplo el de los hijos y transferido a las organizaciones añado al ejemplo de “las navidades”, los cursos de 12 ó 20 horas, cargadas de pautas de conducta,….. y que cuando solo se quedan en esas horas no acaba de instaurar hábitos.
    GRACIAS

    1. Gracias Jesús por tu comentario. Yo también creo que una formación puntual es como un chaparrón que te empapa pero del que te secas rápido y es mejor una formación continua con su seguimiento, pues la que te cala de verdad es la fina lluvia que cae de manera continuada.

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