Hace un par de meses, mi compi Juan escribió un interesantísimo post, dentro del blog del Foro José Herrador sobre el, tan de moda, Mindfulness. En dicho post, nuestro amigo José Mozo hizo un gran comentario-pregunta. Se planteaba la disyuntiva casi filosófica de si lo adecuado es (como proclama el Mindfulness) estar presente en cuerpo y alma, dejarse ir y disfrutar del ahora o ser proactivo, visualizar el futuro e ir construyendo nuestro destino.
Así, entre ambos, me inspiraron a escribir este post, dando un paso más y contextualizándolo en los entornos laborales y dirigiéndolo a personas con responsabilidades en las empresas.
Empresas
Llevado todo esto a términos empresariales, yo creo firmemente que la principal tarea, la de más valor, de un directivo es la de pensar en el futuro de su organización. De hecho, a los grandes directivos se les reconoce (como se les reconoció hace días en los premios que otorga esta revista) por su visión estratégica, su capacidad de hacer mejor a su empresa y conseguir que todo eso no sea flor de un día, si no que sea perenne en el tiempo.
Y claro, ahí radica la paradoja que plantea nuestro amigo José: para ser un gran directivo, ¿he de estar con la mente concentrada en el presente o con la vista puesta en el futuro? Mi respuesta es que ambas, pues ambas no sólo son compatibles, si no que han de ser complementarias.
Cuando una persona está pensando en el futuro de su organización, ideando, planificando, creando o copiando, su mente ha de estar lo más concentrada posible en esa tarea, en ese presente, en el ahora de estar pensando en el futuro. Y curiosamente, cuando no es así, es cuando comentemos los mayores errores.
Pensar en el futuro
Cuando las urgencias del día a día, la presión de los clientes, las demandas de nuestros colaboradores, los impagos, las interrupciones, los retrasos de los proveedores y todos los fuegos que seamos capaces de imaginar (y seguro que visualizamos miles de ellos) nos distraen y alejan de esa labor de preparar el futuro, es cuando, para mí, estamos muertos como directivos. Porque no va a haber absolutamente nadie en nuestra empresa que haga esa tarea por nosotros, pues la responsabilidad de pensar en el futuro de nuestra compañía no la podemos delegar.
Es por ello que yo recomiendo y animo, si eres directivo, a dedicar un tiempo, de manera periódica y bloqueado en la agenda, a pensar única y exclusivamente en el futuro de tu organización, para así aportar a la misma el mayor valor que puedes aportar, el de aumentar las probabilidades de que tu empresa sea mañana mejor de lo que es hoy. Y cuando lo hagamos, que sea con la atención plena en el presente, en el presente de estar pensando en el futuro.
Y para los que no sois directivos de ninguna compañía y habéis llegado hasta aquí ¿acaso no sois los directores generales de vuestra propia vida? Si la respuesta es sí, os invito a releer el post y poner yo o mí mismo donde pone empresa, compañía u organización.
Gran Post amigo. Como siempre inspirando pensamientos y estimulando “paraqués”.
Tanto en la vida personal como profesional (entiéndase, en este caso directivo que toma decisiones) es importantísimo dejarse fluir, ser como el agua- decía Bruce Lee- y aprovechar el momento, la conciencia del aquí y el ahora -esto lo decía Claudio Naranjo (nada que ver con Bruce). Pero siempre debemos recordar a un Sr/Sra que está sentado en su mecedora, placidamente, observando cada una de las decisiones, cada momento, cada aquí y cada ahora que ya pasó…y como la suma de todas y cada una ( por insignificante que pareciera en ese momento) de esas decisiones construyeron su destino y se reflejan en su ahora, en su madurez y que ya forman parte de su identidad, de su carácter, de su trascendencia y de su huella.
Buen trabajo Juan Francisco Martínez y Félix.
Como bien dices, José, lo que hoy somos es fruto de lo que ayer decidimos. Lo que seamos mañana tendrá mucho que ver con lo que decidamos hoy.
Muchas gracias por tu reconocimiento y por tu comentario. un abrazo
Gracias Félix por la reflexión, que comparto. Precisamente hace un par de semanas había introducido este mismo asunto en el ultimo post del abuelo. Curiosa coincidencia. http://www.renault-consulting.es/blog/lean/cuando-a-mi-abuelo-le-daba-por-pensar-o-la-historia-de-los-camarones-dormidos/
Pues sí, Antonio, curiosa coincidencia (temporal, que no es curioso que coincidamos en la reflexión). Leyendo tu interesantísimo blog (que recomiendo a todos), está claro que el que no coincidió en el tiempo con nosotros, si no que se adelantó muchos años, fue tu abuelo y que, sin dudarlo, sabía más de estos temas que nosotros dos juntos (y sin usar palabros raros y en inglés). Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo