Hace más de 3 años, una tarde de verano, mientras paseaba con Miguel por el Campo Grande, me anticiparon una de las peores noticia de mi vida (si no la peor). Noticia que se cristalizó a las 2 de la mañana de un domingo de agosto que, lamentablemente, jamás olvidaré.
Ese día, esa noche, perdí uno de mis pilares vitales. Perdí a una persona de la que no recuerdo el primer momento en que nos vimos y conocimos -pues lo hicimos a los 3 años y apenas guardamos recuerdos de tan tempranas edades-. Perdí a una de las personas con quien más horas de vida he compartido. Perdí a uno de mis puntos de apoyo en mis momentos más duros. Perdí a uno de mis compañeros de andanzas adolescentes y juveniles (y alguna menos juvenil). Perdí a una de las personas que más se preocupó por mí. Perdí al rival que siempre me ganaba en las pistas de tenis y aún así quería volver a jugar conmigo.
Perdí a la persona que mejor he visto tratar a los demás, a todo el mundo. Perdí a una de las personas que más confío en mí y en quien yo más confiaba. Perdí a un amigo que nunca nadie podrá reemplazar. Ese día, esa noche de un domingo de verano, perdí una parte de mí mismo.
Durante estos más de 3 años de su ausencia no ha habido ni un solo día en que no haya pensado en él y siempre que tengo una situación complicada que abordar o tengo dudas sobre cómo hacer algo, pienso en qué haría él, en cómo lo haría él. Y, como él haría, mantengo la calma.
Durante estos más de 3 años sin su presencia me he enfurecido contra el mundo y contra alguno de nuestros amigos comunes por no entender demasiadas cosas. Y como habría hecho él, he mantenido la calma.
Durante estos 3 años sin su compañía he tenido una gran sensación de vacío, acompañada de la sensación de que aún le debía algo, de que alguien como él no podía caer en el olvido. Y como hubiera hecho él, mantuve la calma.
Hasta que por fin se me presentó la oportunidad. Tengo la inmensa fortuna de dirigir un Máster sobre Liderazgo, algo de lo que él era EL EJEMPLO. Muchos me habrán escuchado decir muchas veces –pues soy cansino con ello- que “el liderazgo empieza en uno mismo” y a nadie en mi vida he conocido con la capacidad de conocerse, de controlarse, de gestionarse y de perseverar que tenía él. Y a partir de ahí tenía la inmensa capacidad de hacer sentir bien a todo el mundo que estuviera a su lado. Y todo ello sobre los cimientos sobre los que se ha de construir cualquier liderazgo, en él más sólidos que en cualquier otra persona que yo haya conocido. Parafraseando -y suscribiendo- las palabras que el viernes pronunció Jesús Julio sobre su persona: “responsabilidad, entereza, integridad y generosidad” a los que yo añadiría el respeto que mostraba hacia cualquier persona.
Premio
La Cámara de Comercio de Valladolid me ha dado el precioso regalo (y de paso a esta sociedad en la que vivimos) de ponerle su nombre a un premio del Máster y desde ya, el PREMIO SANTOS VILLANUEVA AL MEJOR LIDERAZGO -que otorgan los alumnos del Máster a uno de sus compañeros- será mi, nuestro, pequeño homenaje a alguien que fue tan grande. Y así, el legado de sus valores y cualidades para liderar se irá trasmitiendo promoción tras promoción.
Realmente no sé si lo he hecho por él, para que nadie se olvide de su persona, o por mí, para liberarme de una inmensa pena que me oprimía. Lo que sí sé es que de esta manera Valladolid y Castilla y León tendrán al menos durante unos años en su recuerdo a alguien suyo y que tanto hizo por ellas (y lo que le quedó por hacer).
Quiero dar las gracias a Alberto Cagigas (director de esta revista) por permitirme escribir este post que nada tiene que ver con el tema del blog y perdón a quiénes lo leéis habitualmente, precisamente por lo mismo.
No sé porqué comparto esto en público, tal vez porque durante más de 3 años me ha apetecido gritarlo y quizás sea ésta la única forma que encuentro de hacerlo.
Santi, hermano, te echo de menos. Mucho.
Félix, tus palabras me han empañado los ojos, como se me empañaron el viernes en la entrega del Premio al ver a una familia y a unos amigos recordando (como seguro que lo hacen cada minuto de sus vidas) a alguien a quien no tuve la suerte de conocer. Y digo que no tuve la suerte porque lo que tú y sus personas cercanas transmitís es que realmente fue una gran persona, personal y profesionalmente hablando, de esas a las que todos deberíamos tener siempre cerca; sin duda el mundo sería mejor. Tú tuviste esa suerte y, por la parte que me toca, me siento orgullosa de que la Institución de la que formo parte tenga la posibilidad de hacer posible tu deseo, y que el Premio al Mejor Liderazgo lleve el nombre de alquien que refleja todos los valores que el mejor lider debe tener.
Felicidades Félix, y gracias por tu propuesta.
Gracias por tu comentario y por tus palabras Sandra.
Tú me has oído miles de veces hablar de él y, supongo que, tras escuchar el otro día a personas que no soy yo hablar de Santi, habrás comprobado que no sólo no exageraba sobre lo que digo de él, si no que me quedo corto.
Y millones de gracias, por la parte que te toca, por apoyar el hecho de poner su nombre al premio.
Impresionante, me dejas sin palabras. Los que tuvimos el privilegio de conocerle y ser su amigo podemos dar fe de todo lo que dices y lo que callas.
Santi es irremplazable, insustituible,… Pero gracias al master las personas que nos hemos formado vamos a llevar un cachito suyo siempre.
Mejor homenaje que ese ninguno.
Gracias Felix.
Qué decirte Óscar. Que personas como tú lideren a otras es el mejor homenaje que podemos hacerle. Quiero darte en público las gracias por el año que me has regalado dentro del Máster, por todo lo que has hecho por tus compañeros y compartido con ellos y por cómo, siendo nosotros amigos, has sabido llevar nuestra relación dentro del Máster con roles diferentes. Gracias a ti todo ha sido más fácil y mejor.
Millones de gracias Óscar, de corazón.
Feliz cuando se escribe sobre una experiencia personal y esta es la manifestación de lo humano, del afecto y de lo que permite trascender se aporta tanto como un articulo científico, o de datos estadísticos; así que gracias por este post y felicitaciones por haber logrado que el nombre de ese invaluable amigo de toda la vida figure en el “Premio que se le otorgara al mejor y que lleva el nombre del mejor”
RoRi.
Muchísimas gracias por tus palabras Rosana. Me impresiona y alegra saber que estas palabras y con ellas su figura han trascendido esta tierra y han calado en tierras colombianas.
Un fuerte abrazo desde España.
Felix,quien te conocemos,sabemos, entendemos el vacío que te dejo tú gran amigo,y gran persona.
Sientete Orgulloso de tús pasos…
Un fuerte abrazo!!
Gracias por tus palabras, María.
Un fuerte abrazo.
Ahora, al leer desde el interior de las palabras, y con la emoción contenida, reconozco que recordar la amistad, esa que se fragua en la vida, es recordar a la persona con quien empatizas durante unos instantes y se convierte en alguien que te arrastra a vivir, a sentir la amistad como un hermano.
El reconocimiento para quien se lo merece. Saludos Felix.
Gracias por tus bonitas palabras “Piru” (me ha impresionado tu comienzo “Ahora, al leer desde el interior de las palabras, y con la emoción contenida…”). Saludos.
Tus palabras describen lo que le quieres y echas en falta, tus hechos lo demuestran, de una forma generosa y sincera.
Has conseguido el propósito de transmitir sus valores y perpetuar su recuerdo, al menos en mi caso, así ha sido.
Deseo que logres también calmar la sensación de vacío. Enhorabuena por el regalo de su premio, os lo merecéis.
Un fuerte abrazo
uy! pensé que había puesto mi nombre.
Saludos,
Silvia.
Gracias por tus palabras Silvia (y gracias por aclarar que no eras anónima, jeje). Espero que sus valores y su recuerdo calen en más personas, pero si al menos ha calado en una (en ti en este caso) me doy por satisfecho. Un fuerte abrazo para ti también
A mi también me ha gustado tu testimonio y el recuerdo agradecido hacia un amigo.
Y respecto a la calma, hace poco leía de un gran educador de perros, que “la calma, la confianza y la estabilidad son las cualidades del lider de la manada” y decía también “las personas son los únicos animales que eligen líderes mentiros”. Nos quedan todavía muchas cosas que poner en práctica
Un abrazo
Antonio
Antonio gracias por tus palabras. Yo hace un año vi una gran conferencia de Tim Dunne en la que tras enumerar una serie de cualidades de un gran líder preguntó a la audiencia si estaban de acuerdo con todas ellas. Todos respondimos que sí. Tras ello nos confesó que las había sacado de un libro sobre perros. Como bien dices sabio amigo, nos quedan muchas cosas que aplicar aún… Un fuerte abrazo.